TESTIGO DEL TIEMPO
Sexo, mentiras y finanzas
Nueva York.- El “macho cabrío” le brincó, la “luchó”, le desabrochó el brassiere, sacándole los pantalones, ella lo pateó y escapó. Así salió Tristane Banon, una jóven reportera francesa, de un apartamento parisino en el 2002, cuando intentó entrevistar a Dominique Strauss-Kahn (DSK) ex jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI). Anne Mansouret, la madre de Tristane, lo confrontó y DSK confesó: “No se que pasó, enloquecí”. Si Tristane se querellaba, su incipiente carrera moriría, madre e hija guardaron los trapos sucios en silencio. Transcurrieron nueve años y DSK, el Albert Einstein de las finanzas mundiales, se duchaba en un lujoso hotel neoyorquino. Sentíase emboscado por las hienas de la desgracia. Fracasó su teoría económica de “macho cabrío”, donde capital financiero, funciona como violador en serie, usando, abusando y abandonando las economías tercermundistas. Primero colapsó en la principal economía mundial, Estados Unidos, siguió Japón, la segunda. Hoy Europa y Estados Unidos no pueden redimir sus bonos, ni vivir sin préstamos; el dólar y el euro agonizan en silencio, la debacle financiera mundial luce inevitable. DSK necesita controlar la situación, o saltará, dejando el sistema financiero internacional como un camión rumbo al barranco. Sale de la ducha desnudo, ve una camarera negra limpiando su suite de US$3.000 la noche; buscando control, pierde el control. DSK saltó del camión, le brincó encima, la “luchó”, controló y usó. Sodomizó impunemente las economías tercermundistas tantas veces, que se habituó, y DSK terminó preso en Rikers Island, con violadores vulgares, acusado de violar a la inmigrante africana. ¿Dirá “enloquecí”, otra vez? DSK pronto será un reo común y corriente, si se produce un colapso financiero, es tará desligado de la cuestión; pocos lo reconocerán como arquitecto del desastre. Todo resulta tan surrealista, que puede ser un “riesgo calculado”, en el inconsciente febril de un banquero violador.