Haití: su nueva oportunidad

El Pueblo haitiano inauguró ayer un nuevo gobierno surgido de un evento electoral que podríamos definir como de “voluntad popular”. No hay de otra. Se realizaron unas votaciones, el actual presidente quedó tercero en el conteo de los votos, pero fue rescatado gracias a una oportuna presión internacional. Al conocerse el intento de sustraccion del voto de Puerto Príncipe surgió un alarido que cundió por el mundo entero denunciando que el saliente presidente René Preval quería escamotear las elecciones. El mundo reaccionó con airada firmeza y se impuso la sensatez de que quien habia quedado rezagado habia sido precisamente el que quiso –y no pudo- imponer el gobierno. Preval, infructuosamente, quiso imponer su reelección a través de un personaje gris que ni siquiera merece la consideración de ser mencionado en este artículo. Superadas esas y otras tretas el Consejo Provisional Electoral debió desandar sus pasos iniciales y reconocer la votación recibida por el señor Martelly, un hombre de la farándula haitiana y además muy popular. Ese señor ganó la segunda vuelta electoral y se juramentó ayer como presidente constitucional de la República de Haití. ¡Imagínese la paradoja!. Eso recuerda la llamada “Era de los Figurantes” tras el derrocamiento de Boyer y los altibajos de la lucha de grupos por dominar el gobierno, hasta que llegó Faustine Sholouque, posteriormente Faustino Primero. Sin dejar de sentir un “dejo de duda” todos quisiéramos que la política comience un proceso de rectificación en Haití. Nadie quisiera que fracase el presidente-artista, como se le debe llamar, para la felicidad del pueblo haitiano, sino que recupere el optimismo de sus conciudadanos y los conduzca a un proceso serio de recuperación y que gane el respeto de propios y extraños. Eso sería lo ideal. Esa Guerra de baja tensión de mulatos contra negros produjo en el pasado, ríos de sangre en ese país, es justo reconocer que esa no es la situación actual, pero siempre quedan atisbos de esa herencia maldita de lucha social.. Las Naciones Unidas afirman que recién ahora Haití parece menos desorganizado y que podría emprender el largo y tortuoso camino de su resurección. Eliminadas las pestes, estabilizado el suministro de alimentos y tras quince meses del espeluznante terremoto el país parece encaminado a una estabilidad que le permitiría comenzar el largo, difícil y estresante camino de la recuperación. Sería un gran alivio para República Dominicana que Haití comience a respetar a su Nuevo gobierno y a trabajar y producir. Eso fomentaría el comercio y la amistad insular. Al menos la ocupación de su fuerza de trabajo allá, frenaría la emigración hacia acá. Pero Martelly tiene que ganar la confianza de su pueblo y de las naciones donantes para que la ayuda fluya a esa nación sin el temor de q u e instancias políticas la distraigan en su provecho. Sin esa confianza Haití no podrá reponerse de la horrorosa prueba que le ha deparado el destino. Es ahora…o no será.

Tags relacionados