SONDEO
Ahora sí
Como ya a Danilo Medina se le percibe con “olor a Presidente” (nos gusta y se ajusta más a la realidad y al momento el uso de “ahora sí”, en lugar de “ahora es”), sería conveniente que el equipo que le maneja la agenda, en especial el asistente mayor, lo ayude más y no repita errores muy costosos de los tiempos en que el afable e influyente personaje se desempeñó como secretario de la Presidencia, cuando el contacto y la colaboración de diversos sectores muchas veces no fueron posibles o sufrieron interrupción en el camino por el disgusto provocado en gente que, con cita escrita o de boca, se enteraba al llegar que el funcionario no estaba o tenía otro compromiso, sin que el interesado recibiera una llamada repautando el encuentro o la satisfacción que aconsejan la cortesía y la prudencia política. Sabido es de sobra que no es forma ni estilo de Danilo, pero muchas veces fue práctica en su entorno y a su espalda que dejó su marca negativa. Como el equipo es el mismo, aunque Medina y su proyecto de poder han crecido, ojalá que los integrantes que con lealtad y constancia le han acompañado en su largo periplo al Palacio den como cosa del pasado el aspecto central que observamos en estas líneas, con lo cual le harían un gran servicio a su líder, primero como candidato y luego como Presidente, puesto que las atenciones y buenas maneras abren puertas y son vías expeditas para alcanzar el éxito buscado, especialmente en política. Por cierto, solo en el caso del doctor Leonel Fernández por la condición de jefe de Estado y figura clave en la elección del candidato del PLD, se podía entender o aceptar una “neutralidad” en el proceso interno, pero en nadie más. Por eso fue más que oportuno, definitorio en doble dirección, el respaldo de Euclides, Francisco Javier, Monchi y además a Danilo, porque pone fin al “cruce de brazos” y pauta quién sería el candidato. A tal punto, que tanto a nivel de las alturas del partido oficial como en el seno del pueblo, hay el criterio de que Medina, como parecería ser en los últimos días, ya debería proyectarse y manejarse como el candidato, así como que los demás aspirantes deberían (previo “amarre” o negociación con el puntero) ir declinando, para evitarle gastos innecesarios al Partido y a la JCE, y unidos se integren temprano al esfuerzo común de retener el poder.