ORLANDO DICE
Escaramuzas entre Hipólito Mejía y los peledeístas
SIN RAYOS.- Todos los interesados en la política que se sentaron frente a sus televisores el pasado domingo a ver el acto de proclamación del candidato del PRD, esperaban que Hipólito Mejía iba a lanzar rayos y centellas contra el PLD y su gobierno. Era previsible porque así lo mandaba la coyuntura, pero también porque se había contenido días antes y se suponía que en la ocasión se desquitaría ese silencio impuesto por la prudencia. Sin embargo, aunque hizo críticas, no puede decirse que se fuera al fondo. Y si ese va a ser el tono de campaña de la oposición, no habrá mucho que aplaudir, pues serán pocos los rabos y menos las coletas. Lo sucedido, sin embargo, provoca inferencias y deriva confusiones. Reaccionó el ministro de la Presidencia, que es el vocero político del régimen. Respondió César Pina Toribio, pero fue casi un bolero. Dijo ñmás o menosñ que se guardaba las ganas para cuando la campaña estuviera en sus buenas y pudieran airearse pruebas que estaban guardadas... CON CENTELLAS.- La ocasión era propicia para que se entablara una pelea de largo alcance sobre los temas tratados por Hipólito Mejía, como un inicio firme de campaña. Sin embargo, hay que recordar que el PLD no tiene un candidato, y que aunque el ex presidente se halla encima del cuadrilátero, por el momento no hace más que sombra. Sus golpes no impactan ni son decisivos, pues no hay jueces que los registren como puntos. De ahí que sorprendiera que Danilo Medina sacara la cara e intentara una respuesta, ya que no era necesaria, ni buena, y ni siquiera oportuna, puesto que ese es un aspecto a definir. No debe olvidarse que el grueso de las políticas de este gobierno no son de su responsabilidad. Por suerte Mejía “subió los vidrios ”, en un acto de arrogancia, que aparenta prudencia, pero del cual se desconoce procedencia. Adelantó que solo iba a debatir con el Presidente de la República, como iguales de una misma galaxia. Los seconds conocen sus obligaciones... EL TOPAO.- Estas incidencias demuestran que lo que hubo entre domingo y lunes fue lo que entre galleros se llama “topao”, una forma de medir la agresividad entre potenciales rivales en el coliseo. Los gallos ni siquiera se cansaron y las espuelas o eran las propias o fueron liadas para que no causaran daño. Intriga, no obstante, el papel que jugarán los diferentes actores de la campaña. Pina Toribio respondió y Medina reaccionó. ¿Quiénes llevarán el fuerte de la pelea, los responsables del gobierno o los encargados de la campaña? La pregunta parece ociosa, pero no lo es. Tampoco es insidiosa. Medina tiene tres líneas de campaña, elaboradas por anticipado y con destinatarios distintos: continuar, corregir, hacer. Es decir, que su desempeño está previsto, pero no su éxito. Los votantes serán la medida, y por igual las circunstancias, que en su caso serán decisivas. No es lo mismo ser cabeza única del ejército de su partido, que tener que librar pequeñas escaramuzas con los rezagados... LA L.- Medina tiene en su contra que no puede mover sus fichas como casi todas las del ajedrez, en recta, sino como el caballo, en forma de L. La L de Leonel. Los seguidores del presidente Fernández lo tienen a fuego lento, en un trance imposible de superar y que fue descrito en versos hace siglos: “Ni contigo ni sin ti, tienen mis males remedios. Contigo porque me matas. Sin ti porque me muero”. Ellos quisieran que asuma el gobierno, pero no porque consideran que sea una obra excelsa, sino para que se enrede en las patas de los caballos de la oposición y se descarte por efecto de gravedad. Los asesores crearon un slogan, que si lo dejaran cumplir su cometido, llenaría las expectativas de unos y otros, y complacidos todos, podrían trabajar en armonía: “Continuar lo que está bien. Corregir lo que está mal. Hacer lo que nunca se hizo”. Sin embargo, se ponen a buscar periquitos, detalles intrascendentes, a suponer intenciones, y hacer sospechoso hasta el orden, como si fuera a alterar el producto...