EN RELEVO
¿Qué mano mece esas cunas?
Resultan sorprendentes algunas de las críticas lanzadas en contra las negociaciones de la Fiscalía del Distrito Nacional con Sobeida Félix Morel y Leivi Nin Batista, y que llevaron a la primera a declararse culpable del cargo de lavado de activos, y a señalar a los demás imputados como responsables del mismo delito. Lo mismo que hará próximamente la segunda. Ante todo porque esa negociación está amparada en el Código Procesal Penal, y porque además tienen como fin obtener informaciones y datos que permitan el procesamiento de otros elementos de mayor jerarquía en la red de narcotráfico liderada por Figueroa Agosto. Y si al inicio del proceso se señalaba que los procesados no eran parte integral de la estructura del narcotráfico, que en todo caso conformarían el último eslabón en la cadena de esa red criminal, y se exigía una investigación más profunda, que diera con el sometimiento de los criminales que utilizaban el país como transito mover cocaína y dinero entre Colombia y Puerto Rico. No se entiende que ahora se cuestionen los procedimientos utilizados por el Ministerio Publico, para encaminar el caso en esa dirección, acumulando información que permita dar con las estructuras de esa red y sus protectores. La Fiscalía del Distrito aprovechó una oportunidad. José David Figueroa Agosto, consciente de pasará el resto de su vida en prisión, ha entablado negociaciones con la fiscalía federal en Puerto Rico. El boricua está interesado en dejar en la mejor situación posible a su hija, y a quienes fueron sus mujeres. Para ello los abogados del capo y las autoridades puertorriqueñas se pusieron en contacto con las dominicanas, y condujeran el proceso de negociación. De ello resulto la entrega voluntaria de Nin Batista y las declaratorias de culpabilidad. Y a cambio de que las imputadas cumplan penas reducidas y conserven parte de sus bienes, tanto ellas como Agosto entregarían a las autoridades información sobre sus relacionados, socios y protectores. Datos que sustentarían las acusaciones de la Fiscalía en el proceso ya abierto, así como en los que pudieran surgir en lo adelante. Critican hasta que el Ministerio Publico se oponga a que citen en el juicio los nombres de los supuestos miembros o protectores de la red criminal. Algo lógico al tratarse de información sensitiva que debe servir de base para las investigaciones en curso. Pero además, porque estamos hablando de testimonios de criminales confesos, que antes de darse a conocer deben ser contrastados y confirmados, pues no es necesario ensuciar nombres de personas que podrían no estar necesariamente involucradas en los niveles que afirmen los acusados. Pues la práctica de enlodar reputaciones ha sido utilizada en el pasado como forma de vendettas personales de las bandas criminales. Pero con estas nimiedades pretenden desmeritar las negociaciones que lleva a cabo la Fiscalía del Distrito, y lanzar dudas sobre sus resultados posteriores. Algo con lo que sólo protegen a los verdaderos responsables de la red de narcotraficantes de Figueroa Agosto. Mucho se ha hablado de los niveles de penetración alcanzados por el narcotráfico en la sociedad. En este y otros casos ha quedado demostrada la infiltración del crimen organizado en estamentos militares y policiales, en la clase política, en círculos empresariales y comerciales, así como en oficinas de abogados y consultorios médicos. Por lo que no habría que descartar que los tentáculos de la droga hayan alcanzado también a los medios de comunicación. Ha pasado en Colombia, México y Estados Unidos, por lo que Republica Dominicana no tendría por qué ser la excepción. De ahí que debamos estar atentos y vigilantes, y en capacidad de poder identificar cual es la “mano que mece la cuna” de ciertas opiniones y líneas editoriales.