EN POCAS PALABRAS…
La boda real
La Gran Bretaña celebró como un hito sin precedente la boda real entre el príncipe William y la hoy duquesa de Cambridge, Katherine Middelton. La ceremonia vista por TV por unas 2 mil millones de personas, fue una celebración de alegría y júbilo en momentos que el régimen monárquico parecía estar debilitado a raíz de la muerte trágica de la princesa Diana en 1997. Miles de personas colmaron el trayecto de donde los futuros reyes recorrieron desde la Abadía de Westminster hasta el Palacio Real de Buckingham. Encuestas divulgadas por medios británicos ven esta ocasión hacia un reto de modernizar la monarquía, y se cree que William saltaría a su propio padre, el príncipe Charles en el rango sucesoral, debido a la caída en popularidad de su propio progenitor. Según el rotativo Daily Mail en una encuesta de opinión, revela que ahora el 46% de los ingleses apoyan a William como próximo rey y que apenas un 40% se inclinan por Charles, el ex esposo de Lady Di, como futuro monarca. Los ingleses buscan un cambio drástico en la forma de la relación de la monarquía con los ciudadanos, en donde las condiciones culturales del propio país han cambiado de ser ahora una sociedad multicultural y no un imperio de blancos y protestantes como ha sido y visto, dicen los sondeos de opinión londinenses. Otra encuesta divulgada dice, sin embargo, que la corona ha sido fortalecida y que un 62% de los británicos apoya a la monarquía, especialmente entre personas de la tercera edad. Otros han opinado a través de un cuestionario online de la BBC, que la boda ha sido una “cortina de humo” para encubrir la política de destrucción del estado de bienestar que han disfrutado los británicos. Según analistas especializados, el hermano de William, el príncipe Harry, estuvo muy contento en la boda ya que ven a la nueva princesa como la hermana que ambos no tuvieron. William y Katherine se conocieron en la Universidad de St. Andrews, Escocia. Lo cierto es que la boda real marca un antes y un después sobre el futuro y destino de la monarquía británica. Algo curioso: dos ex primeros ministros ingleses, Gordon Brown y Tony Blair, no estuvieron en la lista de invitados.