ORLANDO DICE...
Singularidades de la próxima campaña
LOS ESPACIOS.- La apreciación a distancia era de que la próxima campaña electoral sería muy propia en el marco de lo que han sido las últimas. Sin embargo, viendo los hechos más de cerca, hay que convenir en que cada consulta tiene sus singularidades. Por ejemplo, el candidato perredeísta Hipólito Mejía arranca el domingo en mejores condiciones que Danilo Medina, quien todavía no ha sido oficializado por el PLD. Las dificultades que se originaron en la convención no han sido del todo superadas, pero tampoco son cosas del otro mundo. Incluso, de órdenes diversos, y más personales que políticas. Habrá tiempo para hablar con fulano, con zutano y con mengano, y como Mejía se precia de paciente, al final las aguas encontrarán su nivel. ¿Cuál es el principal problema de la integración? Que muchos seguidores de Miguel Vargas se olvidan de que perdieron, y que eso tiene un costo, que no es más que la preeminencia del antiguo adversario. ¿Cómo puede Mejía decirles a sus responsables de área que cedan sus espacios para satisfacer el ego del compañero que en la contienda interna fue derrotado?... EL BACALAO.- Esa situación se hace más compleja, pues el propio temperamento de Hipólito Mejía la agrava. En sus recorridos y encuentros con los compañeros suyos y de Miguel Vargas se deja ganar por la espontaneidad, y va haciendo nombramientos sin decretos que los beneficiarios se los creen. Las posiciones así acreditadas se consideran patrimonios propios, y nadie va a ceder, mucho más si es para favorecer a otro compañero. Igual hay quienes quieren resguardarse a tiempo de experiencias anteriores, en que fueron “burlados”, y piden garantías de que en una nueva administración no serán olvidados. Eso y cobrar alante es lo mismo, pero son usos políticos, y Mejía no va a despreciar oportunidad o condición para ganar adhesiones. Además, él sabe que esas situaciones se dieron, y aunque se defiende, y a veces se descarga de culpa atribuyendo a otros la falta, la verdad que si con otra promesa se resuelve el problema, solucionado queda. El bacalao se está cortando de manera inapropiada, pues lo importante es salir del trance… DIFERENCIA.- A pesar de estos pequeños tormentos, insisto, a Hipólito Mejía las cosas se les van dando mejor que a Danilo Medina. Por ejemplo, Mejía podrá hablar el domingo de lo que quiera y nadie en el PRD osará censurar sus palabras. Libertad total para presentar su plataforma de gobierno. Medina no. Los senadores de la reelección siguen hablando. Son neutrales, pero invaden y ocupan territorios como las fuerzas de un IV Reich. Rafael Alburquerque, José Tomás Pérez, Franklin Almeyda, Radhamés Segura, son gobiernistas. Esto es, sus iguales. Sin embargo, no han llenado sus expectativas, pues por mucho que se hayan afanado, sus números individuales o de conjunto no les dan para alcanzar o írseles alante a Medina. Quisieron cruzar el desierto confiando en el maná y éste, al parecer, no caerá a tiempo. Medina, con buena posición, tiene como principal defecto que no defiende la obra de gobierno. Si fuera “gobiernista” como ellos, se volcarían a su favor y no estuvieran como ahora boicoteando el proceso, o desanimando las bases… CHANTAJE.- Estas últimas revelaciones de los senadores de la reelección son inauditas, únicas en el mundo, y confirman las apreciaciones que hacía ayer. Si los votos de sus seguidores no se harán sentir en el proceso interno, tampoco en las elecciones nacionales. Si Medina no es “gobiernista” ahora, no lo será después, ya que se le supone con ideas propias y una plataforma de gobierno en que se consideran nuevas circunstancias. Si el candidato fuera Leonel Fernández en búsqueda de un nuevo mandato, lo más natural fuera que promoviera y defendiera sus políticas. Pero Medina sería tonto si lo hiciera. Una razón es que tiene años fuera del gobierno y no puede ser responsable de lo que se ha hecho. Otra, que cada campaña tiene sus necesidades, y a la suya le conviene un poco de distancia. Si fuera un papel carbón, lo descartarían con una sola frase: “Más de lo mismo”. Dirán que como ellos son la enfermedad, que busque él sus propios remedios. Pero sería innoble decirlo, y pérfido hacerlo. Quieren humillar al compañero…