ORLANDO DICE...
Integración en las filas del PRD y su calificación
LOS JUDÍOSJoaquín Balaguer definió a los perredeístas como judíos, un pájaro de la fauna dominicana que tiene entre sus características que cada cual anda por su lado durante el día, pero que se juntan por la noche a dormir en el mismo árbol. El fallecido líder reformista sabía de lo que hablaba, pues los conoció desde el principio, recibió la primera delegación que vino al país, y mantuvo una larga relación de acercamiento y confrontación. Los primeros tránsfugas nacionales en la época moderna fueron del PRD y el destino fueron los inacabables gobiernos de los doce años de Balaguer. Sin embargo, esos dirigentes nunca se fueron del todo, fueron protagonistas de adulterios consentidos, pues conservaban los lazos originales con el partido blanco. Separados por el día, unidos por la noche. La experiencia de ahora confirma la apreciación balaguerista. Los perredeístas que eran partidarios de Miguel Vargas en tiempos de la contienda interna, poco a poco, o mucho a mucho, se van integrando a los equipos de campaña de Hipólito Mejía... DE SEGUNDAIncluso, esa integración se va dando de manera admirable, a pesar de los ruidos que producen los necios de siempre, actores de segunda que se niegan a abandonar el escenario del teatro aunque sepan que la obra ha terminado. Geanilda Vásquez, por ejemplo. Fue de los grandes errores que Miguel Vargas nunca podrá explicar, pues por favorecer su candidatura se ganó la enemistad indeclinable de potenciales aliados, sin que se conozcan las compensaciones. Ahora, cuando se supone que los sables deben guardarse, puesto que tampoco sirvieron de nada en el momento de la guerra, ella golpea paredes por el solo gozo de provocar disonancias ya superadas. Si la guerrilla de hombres fastidia, hay que suponer la de mujeres. O Julio Maríñez, que tampoco baja el arma, sin darse cuenta de que los fantasmas de la discordia vuelven más oscura la noche. Se hace necesario sacudir el palo para que esos judíos que no dejan dormir tranquilos a sus compañeros caigan a tierra. ¿Por qué insisten en ser duendes de lo imposible?... EJEMPLOSCuando se conoce el dato de que Guido Gómez Mazara y Andy Dauhajre cohabitan en el más importante de los equipos de campaña, el de estrategia, no hay que decir más nada. Solo admitir que sin previa beatificación el candidato del PRD se hizo santo. Está haciendo milagros. Si eso fue posible, lo demás es caballada. Los médicos, por ejemplo. La semana pasada hubo un desayuno en la residencia del César Mella para iniciar el proceso de integración del sector salud. Hipólito Mejía, con el buen apetito que lo caracteriza, puso las primeras piedras para una de las obras más difíciles, pues los facultativos reniegan de toda jefatura. Son profesionales de alcurnia y no gustan de la subordinación. La ocasión era para que todo quedara sellado entre Mella y José Joaquín Puello; de Miguel Vargas, y Jesús Feris Iglesia, de Mejía. Sin embargo, aunque el catering fue impecable, ayer domingo se hizo necesaria otra tenida en Marocha. Y eso que Mella y Feris son petromacorisanos y amigos entrañables (canchanchanes) de muchos años... CON TODOSNo obstante los pequeños disturbios que puedan presentarse entre dirigentes o en los diferentes núcleos del PRD la integración va mejor de lo que se esperaba. Ahora falta ver el discurso del próximo domingo, en el acto de proclamación, cuando Hipólito Mejía deberá asumir una línea de partido, ya no de grupo, e incluirá en su oferta electoral, como concesión o negociación a posteriori, algunas de las políticas concebidas o contenidas en la plataforma de Miguel Vargas. Aunque queda de por medio el delicado asunto de las exclusiones, que son azarosas y de mal presagio desde todos los puntos de vista. Al PRD, y sobre todo al candidato Mejía, les convendría que la proclamación se haga en un ambiente de completa unidad, en que no falte nadie. No podrá usarse a satisfacción la consigna de “se soltaron los caballos”, si algunos dirigentes por las razones que fueren, propias o ajenas, se quedan replegados o relegados en la gatera. Dicen que quien puede lo mucho, puede lo poco. Si se superó lo fatídico, por qué mantener lo inicuo...