MI PALESTRA
Doña Chana Díaz
Para todos los que tuvimos el inmenso privilegio de conocer a doña Chana Díaz, viuda e hija de dos de los héroes del 30 de mayo glorioso cuando fue ajusticiado el vil tirano, sabemos de su valor personal antes y después de decapitada la tiranía, su entrega y su amor para aquellos que dieron su vida y para los que quedaron vivos luego de la epopeya, sus afanes y luchas por mantener siempre vivos los idearios y sacrificios de todos los que durante treinta y un años de oprobio lucharon y dieron su sangre por la libertad. Mujer dulce, aunque todos sabíamos que era enérgica, mujer dadora de afectos y de ayudas, compañera fiel y madre abnegada, su llanto, como el de todas, fue agua para regar la flor de la libertad que sus maridos, hijos, hermanos, sembraron ese martes 30 de mayo glorioso, por lo que siempre estuvo presta para decir, proclamar y gritar al mundo que habia valido la pena el sacrifico. La patria ha perdido a una mujer inmensa, la tierra la recibe, su tierra libre, luego de cincuenta años de haberse ajusticiado al verdugo criminal y ladrón que quiso hacerse de la patria como cosa suya. Doña Chana sera un grato y dulce recuerdo, una flor de perfume intenso, una lluvia en plena sequía, un comienzo de primavera, una luz siempre encendida para darle amor a quienes dieron sus vidas por la libertad de los dominicanos, y un inmenso referente para las presentes y futuras generaciones de mujeres dominicanas para que vean en ella al paradigma de la mujer nuestra. ¡Paz a su alma!