ORLANDO DICE
La advertencia de Hipólito y las reacciones de los peledeístas
LA REACCION.- Hipólito MejÏa hizo anteayer la primera promesa de campaña: meter preso a los corruptos del PLD. Incluso, dio nombre y apellido. La reacción, como era lógico, fue inmediata y diversa, pues opinaron potenciales afectados y los consabidos guardianes del orden institucional. Para unos fue una broma de mal gusto de un Hipólito Mejía que, con ese decir, se quitó su reciente traje de prudencia y recuperó su condición “atípica” de otros tiempos, y otros aprovecharon su pronunciamiento (anuncio, advertencia, amenaza) para descalificarlo desde el punto de vista legal. Interesante. Se vive denunciando la corrupción por todos los medios posibles, la Iglesia pone en duda la calidad de los jueces y las instancias públicas se declaran impotentes ante una enfermedad que, al parecer, no tiene remedio. ¿Cómo es que si Hipólito Mejía no puede meter preso a los corruptos del PLD, se le pide a diario al presidente Leonel Fernández que cometa ese “atropello” contra muchos de sus colaboradores, de los cuales se denuncian irregularidades? ¿Se puede o no se puede?... ESPECÍFICO.- El candidato Hipólito MejÏa pudo haber hecho un anuncio, una advertencia y hasta una amenaza de carácter general, como se acostumbra. Hablar de los corruptos del PLD sin entrar en detalles. Pero no, fue preciso: Dijo nombre y también apellido. No está disparando al aire ni a muñecos de cartón, como se hace en las academias de policías. Mejía conoce las implicaciones y las consecuencias de apuntar contra Félix Bautista. No solo se trata de un senador de la República, o el secretario de organización del partido de gobierno. M‡s que eso, es el hombre fundamental del jefe del Estado, a quien ñescribí una vezñ consideraba y estimaba como si fuera su propio hijo. Mejía, por tanto, está apuntando desde ahora, y disparará si llega la ocasión, contra Leonel Fernández. Es decir, que no está haciendo humor negro, ni un chiste sin gracia, sino expresando un propósito, que previsto como exabrupto, puede repercutir en una campaña electoral que todavía no se inicia. ¿Puede el presidente Fernández con esa espada pendiendo sobre su cabeza mantenerse neutral o equidistante?... ANTECEDENTE.- Hablaba en estos días de las dificultades de gobernabilidad del futuro presidente, fuera del PLD o del PRD, y hasta cité lo sucedido con Salvador Jorge Blanco y Joaquín Balaguer. No era simple especulación, y mucho menos historia. Era un adelanto de lo que se veía venir y que ahora Hipólito Mejía confirma. Sin embargo, hay que decir que la intención no es nueva. En el 2000 se planeó lo mismo, solo que en aquella ocasión el ataque no fue dirigido contra una especie de hijo como Félix Bautista, sino contra una persona más cercana y de las propias raíces del presidente Fernández. A la que tuvieron cercada y fuera de las trincheras. Hubiera sido casi una locura si no aparece un hado padrino y resuelve con un simple acto notarial y una donación lo que hubiera sido un escándalo colosal. El actual jefe del Estado conoce los juegos de Mejía, o de su equipo, y sabe que cuando habla de meter preso a los corruptos del PLD, y menciona al senador por San Juan de la Maguana, tiene claro el objetivo. Quienes ahora se desgarran las vestiduras, se quedarían desnudos, si se enteraran de aquellos capítulos ñ de seguro-- no olvidados... LAS FICHAS.- Hipólito Mejía, con su pronunciamiento, obliga a mover fichas dentro del PLD. Los peledeístas corruptos o no, incluyendo el presidente Leonel Fernández, saben ya a lo que se arriesgan si pierden el poder y este cae en manos del candidato del PRD. Los seguidores de Miguel Vargas excusaron su derrota en la convención del partido blanco en la supuesta votación de doscientos mil peledeístas a favor de Mejía. La orden, según ellos, la dio el jefe del Estado. Es decir, que afiló cuchilla para su garganta. Tontería. Vargas nunca hubiera atentado contra la integridad moral y política del presidente Fernández. Demasiada admiración de por medio para dar riendas sueltas a la perversidad. El trato hubiera sido de respeto y consideración. Con Mejía se sabe que no. Ahora ¿Puede el presidente Fernández conservarse neutral y no involucrarse en la confección de la boleta, de manera que resulte ganadora, sabiéndose el primer y principal objetivo de una oposición triunfante? Dicen en el campo que quien evita no es cobarde...

