ORLANDO DICE...
La tregua de Semana Santa y los políticos
Ahora.- Los políticos que acostumbran aprobar los documentos (notas, mensajes, cartas) de la Iglesia sin leerlos, o que apoyan las posiciones de la cúspide o la base sin conocer origen y destino, tienen ahora la oportunidad de ser honestos y sinceros consigo mismos, de decir la verdad, acogiéndose a la demandada tregua de Semana Santa. Todos los partidos y candidatos adelantaron sus agendas y pueden, por tanto, hacer un “brake” y dedicar lo que resta del período de Cuaresma a reflexionar sobre lo humano y lo divino. Un poco de sosiego y paz haría bien a todos, pues no hay dudas de que por lo menos los dos grandes han superado procesos convulsos o inquietantes y se hallan más o menos en condiciones de definir sus posibilidades. Es justo además, que den a la población un respiro y permitan a la gente adentrarse en el misterio de lo insondable, puesto que la frecuencia de los desastres naturales lleva a pensar que el mundo no cuenta con el patrocinio de las alturas. Si el mundo vive de espaldas a Dios, Dios no tiene más alternativa que vivir de espaldas al mundo… Veamos Por ejemplo, al PRD. Quien hubiera dicho semanas atrás que sus grupos podían reunirse y en diez minutos resolver con aplausos sus diferencias. La gente de afuera esperaba que la sangre iba a llegar al río, y la verdad que no hubo sangre y las aguas del río fueron un callado remanso. La foto en familia no se produjo en las condiciones conocidas de brazos levantados en señal de triunfo, pero a Hipólito Mejía y a Miguel Vargas se les vio en la mesa principal conversando en espíritu de armonía, como si asistieran a una “cena de acción de gracias”. Si entre ambos existían retrasos, se pusieron al día, y tal vez hasta adelantaron tareas. Lo que es muy bueno en un PRD que fácilmente se afecta con el calentamiento local. Igual hay que decir que lo que no se habló fue porque no había que hablarlo. Y lo que no se resolvió, fue porque estaba resuelto. Los medios creen que Mejía y Vargas se vieron o hablaron dos veces antes del acto del domingo, pero, al parecer, desde que se restableció la comunicación, no han cesado los intercambios… Igual Del PLD hay que decir otro tanto. Ya tiene reglamento, fue completada su comisión electoral, seleccionó sus candidatos y oficializó la fecha de consulta a las bases. La reunión del Comité Central no fue el desorden que se vaticinaba, y el Comité Político, de nuevo con pantalones, fija posiciones. Los aspirantes se mueven en el bosque como caperucitas moradas y por el momento el lobo duerme el sueño de los neutrales. Cada cual tiene espacio para llegar hasta donde les permitan sus piernas o sus ladridos, y la verdad que no muy lejos. En su mayoría fueron perritos que nunca sacaron el rabo. Incluso, la impresión lleva a engaño: No esperaban el actual derrotero de un presidente fuera de competencia, una primera dama que no se decide, y ellos sin planes alternativos. Solo Danilo Medina pudo juntar gente el mismo día del encuentro del CC, o hacer un gran lanzamiento de su candidatura en un escenario que –se suponía– no era propio. Entonces el panorama es claro. Mientras los demás se agotan, Medina arranca con bríos que no parecen suyos… Forfait La dinámica es nueva y diferente, y la situación se entiende mejor. Todos corrían con las bridas tensas, como aguantados. Solo que unos era por miedo, y otros por prudencia. Desde que se soltaron las amarras, cada cual deberá demostrar su fuerza en el solar. Que no son seis, que son siete. Bueno, la verdad sea dicha. Hay que atender el movimiento de los candidatos que están en el terreno. Incluso, la no comparecencia al campo de juego está contemplada en las reglas: el forfait. Margarita Cedeño de Fernández sigue siendo outsider. Hace su juego en solitario, como de ruleta de casino, confiando más en la suerte que en sus habilidades. Por ejemplo, hay expectación, pero ella no habla. ¿Por qué no habla? Primero, porque sus estrategas quieren ver hasta dónde llega el entusiasmo; y segundo, consideran que si es un fenómeno sin hablar, con hacerlo podría romper el encanto, perderse la magia. Como sucedió con “la divina” Greta Garbo, la más bella actriz del cine mudo, pero que se retiró con el advenimiento del cine hablado…

