La candidatura de Margarita

No quiero caer en lo mismo que han caído algunos sindicando la candidatura de la esposa del jefe de Estado como la jugada política de un hombre que así como dijimos, que era conocedor de la historia, decimos ahora que tiene que saber mejor que muchos que el pueblo dominicano es inteligente y políticamente despierto para tragarse que será imparcial en esto de la candidatura cuando acude a la cita la mujer que duerme con él y que es madre de una hija suya. El Presidente ha sido auspiciador y sostenedor desde el mismo momento en que salieron los primeros afiches y anuncios sobre la posibilidad de su candidatura; el Presidente la conoce y valora, sabe que está bien documentada y que es bien intencionada, la asume trabajando para beneficio de las grandes mayorías nacionales, pero más que eso, y más que todo, el Presidente no puede negarle, como otros, sus derechos constitucionales, ni puede salirle ahora con que no ve con buenos ojos algo que tienen que haber hablado mucho. El que tema, allá él con sus miedos y su poca capacidad para enfrentarlos. Yo creo que Danilo no le teme, ni creo que la vea mal, no es esa la forma de ser y de actuar de uno de los dirigentes políticos más terminados del PLD y del país. La candidatura de doña Margarita no es la primera, ha habido otras con igual respaldo que incluso fueron derrotadas sin que su esposo todopoderoso moviera un dedo. Por eso es justo y necesario dejarla correr, y vencerla si ha de ser asi, o verla ganar y ponerse en manos del voto y la consideración del pueblo dominicano. Bella no es solamente una mujer, sino digna de respeto, de admiración y de un baño de pueblo. En este político espacio en el que tantos nos ofenden la visión, nos amargan la existencia persistiendo en mirarnos desde todos los espacios posibles con sus caras maquilladas y sus sonrisas de hombres en franco trance de su masculinidad.