EN LA RUTA

Gran desorden

La Cámara de Cuentas (CC) admitió que no está en condiciones de realizar todas las auditorías de las gestiones municipales salientes tal y como le había sido solicitado por muchos alcaldes y directores municipales electos. Los nuevos funcionarios ñy la sociedadñ querían saber qué y cómo recibían, y más aún, lo que ha sucedido en términos administrativos en esas dependencias. La negativa de la CC se produce bajo argumentos de que junto a la sumatoria de los años de gestión de esas alcaldías, está el hecho de que la gran mayoría no enviaba los datos que la ley ordena a los cabildos tramitar por ante la Contraloría General de la República y la CC una serie de informes referentes al manejo presupuestario y al control de ingresos y egresos. Al deplorar la situación, la presidenta de organismo auditor, Liselotte Marte de Barrios, reconoció que muchas municipalidades tienen limitaciones estructurales para cumplir con la ley pero reveló que aún las que cuentan con las debidas logísticas no lo hacen adecuadamente. Ante lo revelado, la sociedad se pregunta si algún día se podrá saber lo que muchos ayuntamientos hicieron con los miles de millones de pesos que han manejado todo este tiempo, o qué pasará si con esta admisión de incapacidad que está haciendo la CC muchos de los nuevos alcaldes deciden continuar la práctica y seguir con el desorden. Viene a ser un caldo de cultivo para la corrupción, la impunidad y la falta de transparencia, pero que además evidencia cómo en la práctica la Cámara no tiene herramientas para perseguir lo mal hecho. Porque a juzgar por las palabras de Marte, ni los ayuntamientos cumplen con la ley pero tampoco hay maneras de hacerlos cumplir, y para colmo, la entidad llamada a vigilar por el adecuado manejo de esos recursos públicos tira la toalla y deja la transparencia en manos de la buena voluntad de quien quiera tenerla.

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