LÍNEAS DE GUERRA
Comandante Obama
La labor de un Jefe de Estado es difícil. Implica equilibrio, decisión, determinación coraje. La tarea de gobernar se torna más sensible cuando el poder militar entra en contradicción o fricciona con el poder civil, al cual le debe subordinación. El general McChrystal, comandante de las Fuerzas Armadas y la OTAN en Afganistán dio una entrevista para la revista Rolling Stone donde criticó la estrategia de su comandante supremo Barack Obama y cuestionó su preparación para manejar el tema de la guerra. Obama en un acto de autoridad decide relevar de su puesto al militar. Prefirió enviar una señal de autoridad aunque ello implique un retroceso en una guerra que ya tiene casi una década, antes que aceptar un precedente de insubordinación militar que pudiera afectar su popularidad ya menguada por el vertido petrolero del Golfo de México que lo coloca con una aceptación de apenas un 42 por ciento. El presidente norteamericano es consciente que no es un mandatario cualquiera, sabe que es de los pocos que han logrado cruzar la alta barrera que impone el stablishment gringo a quienes, como él, no pertenecen a sus fincas. Por eso actúa con pie de plomo y con una lentitud que a veces pasma. La guerra en Afganistán, junto a la de Irak, han sangrado la economía norteamericana y fueron los hechos históricos fundamentales que abrieron las puertas de la Casa Blanca al presidente negro. Sus promesas fueron contundentes: retiro de tropas en Irak y reenfoque de la estrategia en Afganistán. Un año y medio después de asumir el mando la estadía de las tropas norteamericanas en la antigua Mesopotamia parece que se prolongará más allá del presente cuatrienio y las posibilidades de éxito en Afganistán lucen sombrías. A nadie que conozca los recovecos del poder se le ocurriría pensar que la destitución de McChrystal fue desacertada. Dio en la diana Barack Obama al sustituirlo. Era la menos costosa de las decisiones. En su lugar, ha designado a Petraeus, un general con experiencia exitosa en Irak. Queda por ver si el nuevo general insuflará a sus tropas el entusiasmo necesario para que esa guerra culmine de forma exitosa. De entrada la llegada del nuevo jefe, obligará a redibujar la cadena de mando, lo que retrasará cualquier acción a tomar. Mientras tanto, el Comandante Obama supera la primera prueba de autoridad, queda pendiente la de estrategia.