PENSANDO...
El sicariato
La práctica del sicariato es un doble crimen. El sicario es contratado por un igual o mayor criminal, por tal motivo, los crímenes quedan impunes en la proporción en que no se aprese al asesino intelectual. Las autoridades demuestran su ineptitud o “complicidad” en la medida en que no dan con los autores intelectuales, que en la mayoría de los casos se esconden tras la sombra del poder. Este binomio del crimen degenerado se hace más peligroso tomando en cuenta la fragilidad del sistema penitenciario que también sirve de base al sicariato. El narcotráfico es la principal fuente del empleo criminal y una vez que penetra los estamentos de poder del gobierno e instituciones armadas se hace más temible. El sicariato es el brazo de eliminación de pruebas en los procesos judiciales que se instrumentan, pero los jueces tambiËn son víctima de la intimidación de sus vidas y las de su familia. La proclividad expresa de las autoridades en hechos delictivos alimenta la práctica del sicariato. En una sociedad como la nuestra de diez millones de habitantes, con una extensión territorial de 48,000 km2, sin selvas como guaridas, la práctica del sicariato causa terror en las familias que ven partir a sus hijos a labores cotidianas y más aun cuando estos hijos son contestatarios a las prácticas delincuenciales como las que nos arropan cada día. 58 muertos en los últimos dos años en “muertes por encargo” es espeluznante, ya que no todos son de Figueroa Agosto. La tranquilidad se nos esfuma, el sentido común en la complicidad de las autoridades con el crimen organizado nos da espanto y nos vamos haciendo presos de nuestros hogares. La libertad de tránsito se nos coarta y el panorama se nos enrarece, todo es el dinero a cualquier costo. La desprotección nos cobija, los guardaespaldas de los funcionarios se exhiben con orgullo, la democracia es buena para los de arriba y para los que protestan, denuncian, señalan, disienten, acusan y tienen dos bolas, ¡oh! lo más fácil, le aplican el sicariato. La libertad es otra cosa, la libertad se tiene pero con seguridad; y en el futuro, quien nos dé seguridad, ese será.