Mons. Pepén y Ray Guevara
En la edición de Listín Diario del 2 de los corrientes, el reputado profesional del derecho, ex senador de la República, Dr. Milton Ray Guevara, escribió un artículo sobre los aportes hechos a la educación por monseñor Agripino Núñez Collado. En esa entrega el distinguido profesor se refiere también a la llegada del obispo de La Altagracia, monseñor Juan Félix Pepén, a la Rectoría de la Universidad Católica Madre y Maestra, hace 43 años. Ray Guevara afirma que durante el ejercicio de Pepén en la Madre y Maestra llegó a llamarlo en varias ocasiones “rector a control remoto”, apelativo que reitera en su artículo de marras, sin ofrecer ninguna explicación al respecto. Para orientación de la ciudadanía, y particularmente de los fieles y seguidores que tuvo el ilustre y digno prelado, que somos muchos, es preciso aclarar que a mediados del año 1967, fueron el nuncio del Papa, monseñor Clarizio, y la Conferencia del Episcopado Dominicano a unanimidad, los que propusieron a Pepén para ocupar la dirección de la prestigiosa alta casa de estudios. En la ocasión, y con el respeto sacerdotal que le era característico, el prelado aceptó el cargo con gusto, pero advirtió que su estadía en Santiago se haría cada 15 días, debido a que las áreas administrativas y docentes de la universidad estaban en buenas manos. El Dr. Ray Guevara formaba parte del equipo. No pocos somos los dominicanos que hemos quedado absortos con el calificativo del distinguido profesor al obispo Pepén, considerado uno de los mitrados más ilustres, tanto por su reconocida capacidad intelectual como por los valiosos y útiles servicios ofrecidos al país en el área educativa, social y cultural. Fruto de la fértil inteligencia de monseñor Pepén se creó la Asociación Pro Educación y Cultura (APEC), uno de los bastiones de la educación dominicana. La legendaria Escuela Juan XXIII, de Higüey, es otro de los grandes logros de este pastor de almas, así como su lucha constante en defensa de la libertad y los derechos humanos. Y qué hablar de las inquietudes y diligencias hechas por el ex obispo de Higüey a favor de la juventud del 1J4 y de los involucrados en la guerrilla que encabezó el Dr. Manuel Tavárez Justo. Hay que recordar que por su alta capacidad intelectual y su preocupación y desvelo por los derechos del ciudadano ordinario, a principios de 1960, el nuncio Zanini y el secretario de la Nunciatura, Luis Dossena, escogieron a Pepén para redactar la histórica pastoral de los obispos, en la que se denunciaban las tropelías de los sicarios del régimen de Trujillo. Los dominicanos tenemos un compromiso de honor con monseñor Juan Félix Pepén, de cuya desaparición terrenal se cumplen tres años el próximo día 21 de julio.