UN MOMENTO
El anciano chino
Este relato lo traigo de la sabiduría de la milenaria China. Cuentan de un anciano que dijo: “Iré a ese lugar, detrás de esa montaña”, y que la gente le respondió: “¿Cómo llegarás? la montaña es alta y tú eres un anciano; ¿Cómo llegarás? tú no tienes instrumentos suficientes ni energía para horadar la montaña y llegar del otro lado”. “Yo llegaré, -respondió- yo comenzaré a trabajar”, y le dijeron: “Pero te morirás antes”, y él les dijo: “Llegaré en mis descendientes: en mis hijos y en mis nietos”. La tarea de todo ser humano es esa, comenzar la labor y atravesar la montaña, llegar al otro lado, si no se llega en persona, llegarán los hijos, llegará la descendencia. Es la lección de que nuestras obras acompañan a los hijos y que los hijos dan continuidad al bien o al mal que nosotros hemos hecho. La historia del anciano, es la historia de cualquier padre, de cualquier madre, de cualquier abuelo. Es necesario llegar al otro lado de la montaña, aunque no sea uno mismo, pero que lleguen los hijos, los nietos, la descendencia. Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.