El futuro de Haití
Punta Cana impulsó de nuevo la reconstrucción de Haití. A casi cinco meses de haber pasado el devastador terremoto del 12 de enero, se ha salido de la emergencia pero no de la urgencia. Los proyectos y acciones para reconstruir y refundar Haití están todavía en proyectos. De los 10,000 millones de dólares comprometidos en la Conferencia de New York hace dos meses, se ha desembolsado una ínfima parte. Claro que de esa cifra los compromisos para los próximos 24 meses es de US$5,300 millones; pero, sin un Estado con un mínimo de funcionalidad en Haití no será posible implementar los proyectos ni desembolsar los recursos comprometidos. Por eso, ha sido un iniciativa de primera importancia la que adoptó el presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, de convocar el pasado 2 de junio a casi un centenar de países y organismos internacionales en Punta Cana, para relanzar a la comunidad mundial y dar sentido de urgencia a los esfuerzos por Haití. La “Cumbre Mundial sobre el futuro de Haití: Solidaridad más allá de la crisis” logró su cometido. Sin embargo, hay que insistir que los desembolsos para un funcionamiento básico del gobierno haitiano son fundamentales. El presidente Fernández en su intervención recalcó este aspecto. De US$360 millones de apoyo fiscal que requiere el Estado haitiano de la comunidad internacional, sólo se ha desembolsado a la fecha de la Cumbre US$78 millones, es decir, un 22%. La urgencia de desembolsar el resto de los recursos, a más tardar en septiembre de este año, fue puesta de relieve por el Jefe del Estado y del Gobierno dominicano ante la comunidad internacional. La Cumbre logró imprimir ese sentido de urgencia a la situación y transmitirla a la comunidad internacional, en particular la comunidad donante de países desarrollados y de los países latinoamericanos. Es un ejemplo a seguir las acciones del gobierno de Brasil que es, hasta la fecha, el único país que ha depositado en el Fondo Multilateral de Reconstrucción en el Banco Mundial, 40 millones de dólares, y 15 millones adicionales para el apoyo presupuestario. El lunes 7 se dejó en funcionamiento en Puerto Príncipe la Comisión Interina para la Reconstrucción de Haití (IHCR por sus siglas en inglés), que es el organismo intergubernamental y de organismos internacionales que se estableció en la Conferencia de la ONU en New York y que manejará, vía el Banco Mundial como fideicomisario de los fondos, los miles de millones que se supone serán aportados por países y organismos internacionales. La IHCR tendrá dos co-presidentes, el enviado especial para Haití de la ONU, ex presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, y el primer ministro de Haití, actualmente, Jean Max Bellerive. Forman la Comisión todos los países y organismos internacionales que aporten 100 ó más millones de dólares al Fondo Multilateral. La República Dominicana, a pesar de no haber aportado una cantidad así a dicho fondo, debería ser incluida en el IHCR, dado que ha aportado mucho más que eso antes y después de su formación y es el único país fronterizo que puede ser plataforma importante para la reconstrucción de Haití. De hecho, miembros prominentes del gobierno haitiano han sugerido la inclusión por “excepción” de nuestro país en la IHCR. Sin embargo, hay que considerar que la reconstrucción de Haití no será “solamente” producto de las acciones de gobiernos y organismos internacionales a través del IHCR. Ese es uno de los componentes, muy importantes y determinantes, pero hay dos otros que hay que estimular y coordinar. Uno de los otros actores fundamentales debe ser el sector privado, tanto haitiano como internacional. Si Haití va a prosperar, a cambiar el rumbo de los últimos 200 años y enrumbarse por un camino de prosperidad y bienestar para su población, la inversión de los empresarios es una clave para ello. La creación de empleos permanentes, en el turismo, en la agricultura, en la industria, en los servicios, y un largo etcétera, debe ser capitaneada por el sector privado. El haitiano en primer lugar, el dominicano, que puede jugar un rol fundamental, y el internacional en general. Por ello hay que estimular los esfuerzos que se están llevando a cabo en ese sentido, como la conferencia que la AMCHAM de Santo Domingo y de Haití, están organizando para mediados de este mes. Lo mismo debe hacerse para estimular la intervención medianos y pequeños empresarios, miembros de la diáspora haitiana en el exterior, entre otros. El tercer componente central en la estrategia de reconstrucción de Haití es el papel de las ONG. Haití conoce una intensa actividad de ONG’s de toda índole y orígenes. En lugar de desestimularlas y tratar de controlarlas, el gobierno y la IHCR deben tratar de coordinar sus acciones con el Plan Haitiano discutido por el Gobierno, el sector privado y las propias ONG’s, que será la base para las acciones e inversiones que realizará la comunidad internacional a través del IHCR, directamente de las inversiones privadas, o directamente a través de ONG’s que prefieran trabajar solas. Ese es el contexto. El esfuerzo del presidente Fernández ha sido un éxito en lograr dar sentido de urgencia a la comunidad internacional, y no dejar caer los esfuerzos a casi 5 meses del terremoto. Haití no puede convertirse en un país de asistidos viviendo en carpas y alimentados por donaciones. Hay que estimular el desarrollo real, las inversiones y la productividad. Ese es el futuro de Haití, y de refilón, de nuestro país.