ORLANDO DICE
La reelección presidencial, denuncias y acusaciones
La opiniónLeonel Fernández no tiene una opinión definitiva sobre la reelección, como no la tiene ningún presidente en ejercicio. Las opiniones dependen de las circunstancias, y las circunstancias son cambiantes. José Ortega y Gasset se consagró como pensador con el concepto de “yo y mi circunstancia” y el vulgo lo convirtió en una picardía para explicar o justificar hasta lo imposible. La reelección está de nuevo sobre el tapete, y se habla de una conspiración diabólica del jefe del Estado, sin que ña decir verdadñ haya hecho nada para provocar ese debate. Hay denuncias y acusaciones que resbalan por su propia naturaleza, puesto que respecto al presidente Fernández la reelección debiera ser un expediente cerrado por ahora, importando mucho o poco que los resultados electorales fueran favorables a cualquier despropósito. Firmó por voluntad propia, y se supuso que a conveniencia, un protocolo de acuerdo con Miguel Vargas para consignar en la reforma constitucional la modalidad que consideraron adecuada... LeyEl presidente Fernández pudo haber pactado con Vargas una forma de reelección, y después en la Asamblea Revisora haberse desentendido de su compromiso, como lo hizo con la Ley de Partidos. Sin embargo, cumplió, y deberá esperar que pase un período para poder postularse de nuevo. Incluso, hay que advertir, para que no haya equívoco, que no se trata de un arreglo entre políticos, sino de una ley que por demás es fundamento de la nación. La prudencia de los peledeístas es comprensiva en un país donde Trujillo no acaba de morirse, igual que el oportunismo de los cazadores de oportunidades que saben que toda aventura política deja grandes beneficios. No habrá recursos para resolver problemas, pero para financiar locuras siempre aparecen. Así que por el momento habrá que acostumbrarse a las fantasías de una opinión pública que promueve ligerezas y hace coro a los desaguisados más impertinentes. Debiera hacerse una sola pregunta ¿Por qué la reelección está más en la boca de la oposición que del Gobierno?... El debutDebió haber llamado la atención que la última oleada de debate sobre la reelección fue provocada por Víctor Gómez Casanova, quien de ese modo no sólo debutaba como diputado electo, sino que presentaba credenciales como aspirante a ser vocero de la bancada del PRD en la cámara baja. No se cómo se hará Miguel Vargas para que las pretensiones de su pupilo se conviertan en un designio. Gómez Casanova, con esa bola, actuó por sí, pero igual sirvió a la estrategia del grupo del que forma parte. Colocar la reelección en el centro de la discusión ayudó al partido blanco a salirse del atolladero en que se metió con su denuncia de “ fraude colosal ”. Ningún gobierno ni organismo internacional le hizo caso, y lo inteligente era buscar un bajadero. Si el país se entretenía con la reelección, el PRD podía volver sobre sus pasos. Y eso hizo. Primero llamó a una consulta con formularios que por distante no contribuía a nada, y ahora convocó a la Comisión Política que sí es una instancia para lavar los trapos sucios... Si esEn tanto el debate sobre la reelección sea un preservativo y no un viagra, la cuestión no tiene mayores implicaciones ni riesgos. El presidente Fernández sabrá vivir con esa permanente sospecha como una espada pendiendo sobre su cabeza. Si los aspirantes peledeístas se creen todos los cuentos de camino y no se dedican a trabajar en sus proyectos, que después no se quejen. Si el PRD se acuesta en esa hamaca y se duerme creyendo que la reelección facilitará su retorno al poder, que recapitule y recuerde que las experiencias pasadas no validan esa apreciación. Tiene que prepararse para pelear en todos los terrenos, y no en el que decida su contrincante...