ORLANDO DICE...
PRD, el peligro de una tribu revuelta para reiniciar la lucha
Una limonadaLos perredeístas van a tener que beberse algo frío, con mucho hielo y sin alcohol; que les quite el calor, pues, con ese ánimo de tribu revuelta no van a lograr entendimiento para reiniciar sus luchas por el poder. Pedir la cabeza de la dirección es tan desaprensivo y necio como denunciar un fraude colosal. Además de lo poco original de ambas posiciones. Los perredeístas se conocen entre sí, y saben de sus odios y de sus afectos, pero salir tan rápido a inculpar sectores o personas, resulta poco inteligente. Quitar a Miguel Vargas, bien, pero ¿para poner a quién? ¿Acaso el PRD es la Italia de la segunda mitad del siglo pasado, con tanta inestabilidad que los gobiernos se caían solos? La vieja generación es un problema, pero no puede decirse que “los muchachos” tengan mejor tino. Las razones para que no fuera Vargas serían las mismas contra Hipólito Mejía, e igual Luis Abinader. Y peor sería un general sin tropas, ya que tendría que dirigir en el aire o haciendo tanto equilibrio como para derrumbarse con un soplo de brisa como un castillo de naipes. El PRD es demasiado partido para sus dirigentes... El denuncianteAndrés Bautista era el perredeísta menos indicado para denunciar un fraude colosal de parte del PLD o del gobierno, pues estaba tan consciente de que ese tsunami venía, que se recogió a tiempo y se guardó para otras oportunidades a pesar de ser casi un ícono en la provincia Espaillat. Bautista sabía de antemano que los mocanos no apoyaban al partido blanco un período más. Pero peor fue que hiciera su pronunciamiento teniendo a ambos lados a Orlando Jorge Mera y a Geanilda Vásquez, dos exponentes fallidos del nuevo PRD. Nadie conoce las razones ñprofundas o verdaderasñ por las que se impuso a Jorge Mera como candidato a senador por Santiago, como tampoco de que sea secretario general, pero esta última condición lo proyectaba para que fuera un ganador. La secretaría general hace de él uno de los líderes nacionales, y los perredeístas de Santiago sabían que por su categoría no podía perder, pues su derrota no descalificaba al candidato, sino a la jefatura del partido. Mucho más que era suya esa decisión.. Lo contrarioLos peledeístas no se perdieron respecto a Reinaldo Pared Pérez como candidato a la posición que ya poseía de senador por el Distrito Nacional. Siendo secretario general no podía perder, y no perdió. Pero no porque tuviera las mejores credenciales, pues Milagros Ortiz Bosch de candidato a candidato lo superaba, sino porque su categoría no podía ponerse en riesgo, y mucho menos en la plaza política más importante. Entonces se hizo lo que había que hacer. No sólo poner a los aspirantes a diputados en condiciones de aportar muchos votos, sino que se le asoció en campaña con Roberto Salcedo que estaba mejor posicionado, de manera que por contagio votar por uno llevaba a votar por el otro. Operación palé, si se quiere, pero que llenó su cometido. Que no fue lo que se dio en Santiago. Y lo mismo ocurrió con Geanilda Vásquez, secretaria de organización, quien siendo también dirigente nacional no pudo imponerse en una pequeña demarcación de la capital. Es decir, que al igual que Jorge Mera es inorgánica, y eso explica el escaso fervor que suscita entre sus compañeros... Una claveEste aspecto del problema debiera ser considerado, pues podría ser un elemento clave hasta para entender las dificultades de dirección de Miguel Vargas. Su defensa al reclamo de que renuncie fue muy pobre, y poco institucional. Dijo que su presidencia fue aprobada en un plebiscito por más del noventa por ciento de los perredeístas. Y eso habría que verlo con una pizca de sal como dicen los ingleses, ya que esos procesos en puro derecho no tienen mucha fuerza de ley. Se llevaron a cabo como una operación de vaciado. Y los perredeístas de todas las tendencias saben a qué me refiero...