ORLANDO DICE
Las protestas y el Gobierno
El gobierno volvió sobre sus pasos, se olvidó de su acusación al PRD de ser organizador de las huelgas que se realizaban en varios puntos del país, negoció ñcon promesas-- con los verdaderos convocantes, y el país recobró la normalidad. Los colectivos populares anuncian nuevas protestas a partir de esta semana, pero las cosas no serán como antes si las autoridades se mantienen abiertas al diálogo y se anticipan a los acontecimientos. Es decir, que abandonaron la chercha política y asumieron con seriedad la gobernabilidad. Incluso, descubrieron algo que deberá aprovecharles más adelante: los huelguistas son sensatos y saben deponer su ánimo rebelde si se les trata adecuadamente. No siempre el ataque es la mejor defensa. A veces conviene dar razón a los promotores, unirse a su causa y convencer desde adentro las dificultades propias para solventar todos los problemas. Es más, si hubiera mayor cordura de parte y parte harían un hallazgo interesante: sus coincidencias superan sus diferencias. La agenda de los paros es la misma del presidente de la República que habló el pasado 27 de febrero ante la reunión conjunta de las cámaras legislativas. Se le criticó entonces que hablara de tantas obras pendientes, y su voluntad de hacerlas. Si se compara su listado con el calendario de las protestas se verá que andan de la mano. Es cuestión de hablar y establecer un orden... El “accidente” Una estudiante fue baleada en la Uasd por parte de un compañero que manipulaba un arma, y aunque se siguió informando del caso y de la gravedad de la víctima, no se abundó mucho sobre la circunstancia. Se registró el hecho como un episodio más, no único, sin advertir las consecuencias de que en una academia los educandos anden con pistolas y revólveres. Que eso ocurriera en un cuartel o en un campamento militar, se explica, pero no en una universidad. Incluso, el “accidente” quedó a nivel de policía, como si hubiera sucedido en la calle y no en el recinto de esa alta casa de estudio. Como noticia desapareció de los medios, y nadie recordó que hace un tiempo hubo una ocurrencia trágica por los alrededores, en que un estudiante mató a otra, que en el caso se dijo era su novia. Entonces se asumió el hecho como violencia de género, sin tocar el punto principal: ¿ qué hacía el victimario con un arma de fuego ? Las autoridades universitarias no pueden quedarse al margen del asunto, puesto que así como se hacen operativos para desarmar a la población en sentido general, habrá que hacer algo parecido en ese campus. Hasta ahora esos sucesos no han tenido la magnitud de sus similares en Estados Unidos, pero si los estudiantes de la Uasd andan armados, y son desaprensivos en el manejo de pistolas y revólveres, en cualquier momento se produce una matazÚn... Sin noblezaEl gobierno a veces mueve fichas sin atender el tablero y se crea inconvenientes innecesarios. Queriendo ser más abierto de la cuenta, incluyó entre los expertos constitucionalistas a profesionales considerados de izquierda. Como fue el caso de Luis Gómez. Pudo no haber aceptado, pero aceptó, aun cuando era evidente que la encomienda era oficial. Todos hicieron su trabajo, y después de entregado, o se dedican a abundar cuando lo convocan a foros o a medios, o se mantienen distantes, pero siempre discretos. Excepto Gómez. Nadie entiende como siendo padre de la criatura, sabiéndola viva, no la quiere viable. Elevó un recurso ante un tribunal para echar al suelo la convocatoria de la Asamblea Revisora, que no puede adelantarse en que terminará, pero que constituye una verdadera contradicción. Cuando el PRD quiso discutir internamente el tema de la reforma constitucional, lo tuvo como exponente, incluso dejando fuera a comisionados de sus propias filas. Pero ese mismo PRD, que abogó por la Constituyente, va a participar en la Revisora, pues se da cuenta de que no hay escapatoria y que ya no tiene sentido dar coces contra el aguijón. No tuvo nada que ver en el embarazo, no asistió al alumbramiento, pero ya que el “ engendro ” nació vivo, acomete la tarea de ayudarlo a que sea viable. Como dicen los franceses: Nobleza obliga...