CON MIS OJOS
¿En crisis o en optimismo?
No puedo negar que me siento confundida con el cruce de informaciones sobre la salud de la economía dominicana que he presenciado en estos días. El Fondo Monetario Internacional anunció en Viena el 19 de este mes que su ya tímido pronóstico de un 0.5% de crecimiento económico para el mundo sería revisado, para bajarlo, porque se esperaba un agravamiento de la situación económica en los próximos meses y por la “inestabilidad” en el sector petrolero. La unidad de inteligencia de la revista The Economist dijo el mismo día, pero en la República Dominicana, que la disminución de las remesas -una de las principales fuentes de ingresos del paísen un 10%, la caída del dinero generado por el turismo en un 5% y “el deterioro de la recepción de inversión extranjera por falta de competitividad”, sobre todo por el sector eléctrico, provocarían un decrecimiento de la economía dominicana. La misma revista calculó en 1.5% el crecimiento de este año para el país. El viernes, el intelectual norteamericano Noam Chomsky vaticinó, en Funglode, que nuestro país, al igual que otras naciones en vías de desarrollo, “sufrirán” porque, si el mundo está en crisis, necesariamente la inversión extranjera, fundamental para naciones como la nuestra, caerá. A inicios de mes, en Oporto, Portugal, el secretario de Economía, Planificación y Desarrollo, Temístocles Montás, había hablado ya de la situación de la República Dominicana: “...Ahora, de repente, nos encontramos inmersos en una situación de enfriamiento rápido de la economía, pérdida de empleos y deterioro de los principales indicadores de desempeño económico y social”. Entonces llega mi confusión. No pueden dejar de sorprenderme frases como “para que la República Dominicana fracase, primero tiene que fracasar el mundo”, pronunciadas por un Presidente que conoce bien la interrelación de éste o cualquier otro país con el resto del planeta. Y en el resto del mundo hay dolor. Hay pérdida de empleos, hay reducción de la calidad de vida y hay protestas.