La cruzada del Canciller
El Acuerdo de Asociación Económica (AAE) con la Unión Europea es una realidad. El proceso de negociación de ese vital tratado comercial conllevó dos negociaciones paralelas. Primero la negociación entre todos los países de la región del Caribe, agrupados en el Foro Caribe de Estados ACP (Cariforo), que reúne a los 14 miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom) y República Dominicana -que no es parte de ella- de una parte, y la Comisión Europea (CE), que agrupa y representa a los 27 Estados de la Unión Europea, por la otra. La CE no negoció individualmente con cada uno de los 15 Estados del Cariforo, sino colectivamente con una representación regional. Los países del Cariforo, incluido nuestro país, asignamos esa labor a un organismo creado por Caricom, en el cual República Dominicana es miembro de pleno derecho: la Maquinaria Regional Negociadora del Caribe (CRNM), con sede en Barbados y Jamaica. República Dominicana representó retos importantes en este proceso: es el único país del Cariforo que tiene un tratado de libre comercio con otro país desarrollado, a través del DR-CAFTA. República Dominicana no es parte del Caricom, lo que planteó muchos aspectos que fueron resueltos en el proceso de negociación interno. República Dominicana es el único país de habla española del grupo. Nuestra economía es significativamente mucho más grande que todas las demás de los países del Caricom. El sector privado dominicano tiene un nivel de integración en las negociaciones mucho mayor que los del Caricom e intereses creados muy puntuales, que en ocasiones no coinciden con los de la contraparte caribeña. República Dominicana no participaba hasta la firma del AAE en los accesos preferenciales a los mercados del azúcar, del ron y del banano, regidos anteriormente por protocolos especiales. Nuestra entrada al mercado del banano europeo no se hizo estando en el protocolo del banano, sino comprando cuotas de otros que no llegaban a producir las suyas. La economía dominicana es mucho más abierta que la de los países del Caricom, por tanto menos proteccionista. Sin embargo, los dominicanos fuimos leales compañeros de ruta de nuestros socios del Caricom en el proceso de negociación; aportamos recursos valiosos a la CRNM y nos integramos como uno más, aportando activamente en las negociaciones con los europeos. Cariforo fue la primera región, de las seis participantes en el acuerdo de Cotonou con la Comisión Europea, que concluyó a tiempo su AAE, antes de que expirará el plazo de la OMC el 1 de enero de 2009. A pesar de que nuestro sistema institucional es presidencialista y la aprobación del Congreso no es tan rápida como en los sistemas parlamentarios vigentes en los países del CaricomM, en menos de tres semanas se tramitó la firma y la ratificación congresual de nuestra adhesión al AAE. Ahora hay que definir quién administrará en nombre de toda la región el tratado. La aspiración de una parte de los miembros del Caricom es que la gestión del tratado sea realizada por la secretaria general del Caricom, con sede en Guyana. Pero resulta que nuestro país, con la economía más grande del Cariforo, es el único que no es miembro del Caricom. ¿Podría República Dominicana delegar la representación de sus intereses en un organismo del cual no es parte? Es un problema complejo que amerita una respuesta satisfactoria a los intereses de todas las partes, incluidos los dominicanos. Existen dos posibilidades para resolver el problema: la primera es delegar la administración del AAE en una nueva secretaría general del Cariforo, que en realidad no existe. Hace un tiempo se creó algo con ese nombre pero recayó sobre la misma secretaría general del Caricom, lo que en los hechos podría representar la disolución de los intereses dominicanos. La segunda opción, que no es de corto plazo y ha sido rechazada en varias ocasiones, es que República Dominicana se convierta en miembro de pleno derecho del Caricom, y así tener la apropiada representación en su secretaría general. El canciller Carlos Morales Troncoso ha estado llevando una cruzada para defender el interés dominicano en esta fase de implementación del AAE y de designación de la entidad que administrará el tratado. Este es un objetivo de política exterior prioritario para nuestro país. Todas las fuerzas sociales y económicas deben manifestar su respaldo a la política enarbolada por el Canciller, quien actúa por instrucciones del Presidente de la República. De sus resultados depende en gran parte cuánto aprovecharemos nuestra participación en el AAE. Como medida transitoria, el Canciller ha propuesto que la CRNM se encargue de la gestión del AAE, mientras se llega a un acuerdo definitivo. Apoyemos esa propuesta.