PANCARTA

Credibilidad cero; caradura blindada

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Raúl Pérez PeñaSanto Domingo

A juzgar por las reacciones, se quedó corta la consideración de que a este gobierno hay que creerle la mitad del 50% de lo que dice, porque su credibilidad hizo agua, a juicio de una mucha gente en las calles. Una lluvia de artículos y reseñas en la prensa escrita, al igual que comentarios por medios electrónicos, han mostrado el irrespeto en el Palacio Nacional y en las demás esferas oficiales por lo establecido en la Ley de Austeridad que debía ser cumplida a partir del 2007. Desde la cúpula hasta niveles medios e inferiores, la mayoría de los funcionarios actúa como si el país fuera una finca suya, mientras precisamente ellos pretenden intimidar con fantasmas pintados a su manera. Simultáneamente a la quiebra moral, el país está atrapado por una crisis vertiginosa que repercute en mayor o menor grado en todas las esferas sociales, agropecuarias, empresariales, industriales, comerciales, artesanales, etcétera. Salvo en sus esferas moradas, legislativas, satelitales, transfuguistas, travestinas y en un coro de bocinas y corchos, el gobierno carece de poder de convocatoria, cosa que ha provocado el fracaso del llamado a la concertación. La credibilidad cero engurruña al oficialismo. Para colmo, se cocinan en su salsa y salen a escena con su caradura blindada. Sin exclusión de niveles, a una caterva de funcionarios no se les aprieta el pecho para mentir. Ahí está la Dirección de Prensa presidencial volcada en una ofensiva que pretende hacer nutritivo el desayuno escolar. En ese interés se gastan millones en publicidad y en la bocinería, mientras el Presidente habla de austeridad. El apóstol José Martí proclamó que “la palabra es para decir la verdad, no para encubrirla”. A mayor afán del oficialismo por confundir y manipular la conciencia ciudadana, peores serán los resultados de rebote y el riesgo de una reacción popular progresiva. Con credibilidad cero, para el oficialismo el presagio es poco halagüeño, pese a continuar “muerto de risa” con su caradura blindada.

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