BIBLIOMANÍA

Libros, muchos más libros dominicanos

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Francisco ComarazamySanto Domingo

El éxito logrado por la pasada Feria Internacional Dominicana del Libro marca un precedente difícil de superar en el país y el Caribe. No solamente por las exhibiciones y las ventas sino también por la calidad de los libros editados y puestos en circulación. Nunca antes feria alguna había logrado semejante organización y celebración. Esta impresión mía no significa, sin embargo, un desconocimiento de las anteriores versiones ya que sobre su pedestal se erigió ésta y encima de ella habrán de levantarse las que vengan. Hay, empero, que hacer mención de aquellas inolvidables que se efectuaban en un lateral del parque Colón con el auspicio y el esfuerzo de don Julio Postigo, continuada luego por don Rafael Herrera con el asesoramiento de Ramón Tena Reyes. Recuerdo también aquellas exhibiciones que se hacían cada año abajo las arcadas del legendario Palacio Consistorial en la que oficiaba inmancablemente el doctor Gustavo Adolfo Mejía. Pruebas fehacientes de la labor publicitaria de la XI Feria del Libro son los libros que han salido de su patrimonio y dejado una huella imborrable en la mente humana y en los anaqueles de las bibliotecas públicas y privadas para inculcar en la mente los prístinos ideales a través de la palabra escrita, la mejor manera de elevar el espíritu de forma inmediata. No sé si los ejemplares que ha recibido la columna son todos los que se han editado de un solo empujón, pero desear más sería tener el hambre de un cándido o un “buquí”. Hoy me concreto a dar a conocer los títulos y reservar comentarios para en lo sucesivo o venideras ediciones dominicales. Veamos: Salta que salta (antología de cuentos del Caribe), El vínculo entrañable (Bruno Rosario Candelier), El gran Caribe, un solo mar y doce premios (texto Rubén Silié), Nos dolerá la noche (Romina Bayo), Poesía patriótica en Santo Domingo (Emilio Rodríguez Demorizi), Ampicidio (Rey Emmanuel Andújar, Coloquios 2007), La estación de los pavos reales (Miguel Aníbal Perdomo), Transición “made in USA” (Hamlet Hermann), A la sombra del flamboyán (Dinorah Coronado), Presencia francesa en Santo Domingo 1802’1809 (César Cuevas Pérez y Guillermo Díaz Bidó), La ciudad en nosotros (Soledad Álvarez), Emilio Rodríguez Demorizi, escritos (selección de Héctor Luis Martínez), Las décimas premiadas de Radio Santa María (selección, estudio introducción y notas de Luis Beiro Álvarez), Betún melancolía (René Rodríguez Soriano), Memoria del horror hermoso (Adalberto Vicioso), La máquina de la mirada (Susana Villeggia), Historia del Caribe (Frank Moya Pons). II He aquí en conjunto de breves narraciones de la prolífera pluma de León David (Juan José Jimenes Sabater) y cuya finalidad no es otra que ilustrar de manera amena y desenfrenada principios éticos y nociones de índole filosófica que forman, según anotaciones en la contraportada, parte del singular acervo de la concepción taoísta del mundo. León David indica además que estos relatos son el producto de su entrañable afinidad con la reflexión de no pocos sabios, que desde hace más de dos milenios, intentaron arrebatar a las engañosas apariencias que los sonidos captan sus insolentes cuando cautivadores atavíos. Con la riqueza de lenguaje y buen gusto que caracteriza su estilo, León David incursiona en el tema no sólo con conocimientos, sino también con elegancia, haciendo que el lector se involucre insensiblemente en el intrigado tema de “El hombre que descubrió la verdad”. III Como si fuera traído expresamente, Francisco Almonte ha lanzado en estos días a la luz pública un libro bajo el epígrafe de “Intimismo en la poética de León David”. El primer capítulo lleva el título de Teoría y práctica poética de León David, el segundo está dedicado al tema del intimismo de León David, el tercero a la Cosmovisión metafísica, el cuarto a la Teología de la palabra y el quinto a Estrategia en la poética de León David. El volumen de 126 páginas trae un prólogo bajo la firma de Guido Riggio Pou.

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