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La arquitectura hoy

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Emigdio ValenzuelaSanto Domingo

Como ya se anuncia la nueva bienal de arquitectura hablemos un poco de arquitectura y de arquitectos. Te podrían invitar para que des “algunas ideas”… y ahí comienza el drama de cualquier arquitecto, porque los arquitectos no damos ideas… las vendemos. No faltan quienes, luego de conseguir el objetivo, además se atribuyan ésas ideas. Pero la propuesta se puede producir de otras maneras. Una muy socorrida consiste en pedirte que le hagas “un croquisito ahí”, ésta expresión es todo una perla por las implicaciones que tiene. La primera pretende reducir la magnitud de lo que se te pide a muy poca cosa, en tiempo y en calidad. Como consecuencia de la primera llegaríamos a la segunda parte, que es no tener que pagar (o pagar muy poco) por algo tan insignificante. Evidente contradicción, porque en los croquis pretendidamente subvaluados está el gran valor intrínseco del trabajo arquitectónico, que en la etapa siguiente pasa a los dibujantes para darle formal presentación. En nuestro medio, el arquitecto es el profesional universitario peor pagado, aún cuando se le remunere según las normas. Alcanzar los honorarios del día de algunos cirujanos, por ejemplo, podría tomarle al arquitecto semanas de trabajo. El colmo es que la “idea” te la pida alguien a quien no conoces. Eso nos ocurrió recientemente, con un señor que escuchaba unas consideraciones arquitectónicas nuestras. Es alentador que por segundo año consecutivo este evento va a contar con el patrocinio de la Secretaría de Cultura. Podría ser una señal de que el sector oficial comienza a hacer conciencia del papel que juega esta actividad en la vida de cualquier sociedad. Ojala que así sea y que pronto tengamos resultados, porque actualmente es alarmante la cantidad de “arquitecturas” sin arquitectos. Se empobrecen lastimosamente nuestros entornos, hasta en sectores emblemáticos y eso es retroceso.

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