MI PALESTRA
Ser como Peña Gómez
Hay dirigentes del PRD que han llamado a la militancia de esa agrupación política a actuar y ser como fue en vida el más grande líder de masas del pasado siglo, la figura más importante dentro del PRD tras la salida de su fundador y guía, el igualmente líder de grandes mayorías, Juan Bosch. Pero sucede que Peña siempre fue un instrumento al servicio de su patria y de su partido, no lo contrario, jamás luchó contra un amigo con encono, a pesar de ser traicionado más de una vez por quienes más ayudó. Nunca habló ni privada ni públicamente contra dirigente alguno, y mucho menos si era de su partido o su amigo, aunque no estuvieran en esos momentos en el mismo lugar y espacio político. Puedo afirmar oírle defender a Balaguer de ataques nuestros, y oírlo ordenar que nadie osara ofender en lo personal ni a la familia, ni a los nietos de Marino Vinicio Castillo cuya vivienda estaba cerca del lugar donde operaba el equipo de campaña en la contienda cívica de l994. Jamás utilizó el partido para candidatearse, ni para hacer dinero aunque sabía de gente a su lado que sí lo hacía, tampoco le fue infiel a un compañero y nunca dejó de ayudarlo en los momentos más difíciles de la vida de muchos de ellos creo liderazgos y dio apoyos que le perjudicaron en sus aspiraciones presidenciales por ser leal, consecuente, honesto, serio. Nunca dejó de ser perredeísta y nunca tuvo una sola coincidencia ni siquiera somera con un adversario. Peña era un águila, un ser transparente y puro, humano, demasiado humano, generoso, consecuente y bueno, realmente bueno, no doble ni mentiroso, ni hipócrita; amaba a su partido y daba su apoyo privado y público, aunque conocía las debilidades y las maldades de muchos de los que él mismo, para evitar que hicieran daño a su partido, elevó a sitiales inmerecidos. Como Peña debe ser el PRD, pero lo primero es comenzar por convocar a las bases, y lo segundo es no querer hacerle la vida imposible al candidato presidencial perredeístas. Todo lo otro es pose, palabras, mentiras, caritas de buenos, con diablos en la espalda y la mente. Así nunca fue Peña, comencemos abriendo el corazón para que entre el amor y el respeto, la consideración y la honestidad, la claridad y la fidelidad en el PRD y en el proceder de quienes lo tienen secuestrado entre mentiras y ambiciones.
