Reinventemos el país
En el año 1997 leí el libro “El arte de la guerra para ejecutivos”, de Donald G. Krause, un texto adaptado al mundo de hoy del clásico Sun Tzu, famoso estratega militar que vivió en China hace más de 2,500 años. Sun Tzu logró vencer en importantes batallas, basándose en que las guerras o competencias las gana la persona u organización que cuenta con ventajas competitivas y comete menos errores. Para ganar estas confrontaciones hace falta rodearse de hombres y mujeres de carácter y paciencia, quienes tienen un propósito definido en su vida, hacen uso adecuado de la información, procesándola con agilidad, y se adaptan a las necesidades de su entorno. Esta sabiduría, concentrada en pocos principios, ha dejado de ser aplicada en los campos de batalla y ha pasado a ejecutarse exitosamente en el mundo de los negocios y la política. Líderes de todo el mundo han estudiado y aplicado la obra de Sun Tzu, porque las batallas de hoy se desarrollan en otros campos de batalla como Wall Street, los medios de comunicación, en la mente de los consumidores, entre países para competir por mercados, entre accionistas, suplidores, marcas, individuos y sindicatos, entre muchos otros. Hoy, las batallas se pierden en el terreno de la competitividad, los errores se cometen al no tener un propósito definido o no hacer uso oportuno de la información. El no ser flexibles o abiertos al cambio nos puede costar caro. La esencia de la sabiduría Sun Tzu se resume en 10 principios básicos: Aprende a combatir, muestra el camino, hazlo bien, conoce los hechos, espera lo peor, aprovecha el momento, quema las naves, hazlo mejor, empujad todos juntos y que no adivinen tus intenciones. Como dominicanos debemos entender el entorno donde competimos, el cual dejó de ser exclusivo de nuestra extensión territorial. Hoy competimos con el mundo. Es algo inevitable y debemos aprender a combatir con nuestras ventajas competitivas: ubicación geográfica única, clima ideal todo el año, pueblo trabajador por idiosincrasia, tierras de alta calidad, gran biodiversidad, excelente infraestructura de comunicaciones (puertos, aeropuertos y telecomunicaciones) y paz social. Según la filosofía china, el carácter es la base del liderazgo y la motivación y el compromiso son su sabia. En estos momentos necesitamos el liderazgo del Estado y el sector privado para mostrar el camino que seguiremos los dominicanos. Este camino debe estar plasmado en un Plan de Nación y debe ser prioridad ejecutarlo desde el principio. Toda ventaja competitiva se basa en la ejecución eficaz de los planes, siendo constantes en hacer siempre todo mejor con disciplina, responsabilidad, cooperación y principios. La planificación es importante, pero sin actos es un ejercicio estéril. Debemos despertar en nuestros empresarios el hambre para aprovechar las oportunidades, locales y regionales. No debemos tener miedo al cambio, debemos quemar las naves cuantas veces sea necesario si con eso logramos el éxito. Eso significa tomar riesgos sobre la base de información y el conocimiento. Este camino lo debemos recorrer juntos, todos los sectores de la mano. De lo contrario será difícil lograr el éxito. Juntos debemos tener las metas y expectativas claras, sabiendo bien nuestras ventajas, trabajando con excelencia, de forma transparente, respetando las leyes y nuestro entorno. Los dominicanos hemos demostrado que somos gente de carácter y liderazgo. Sé que podemos hacerlo. Vamos a lograrlo.
