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Ponga atención a los mensajes de celular

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María Virtudes | Núñez FidalgoSanto Domingo

Uno de los mayores beneficios de tener a mano un celular consiste en que este ayuda a acortar distancias. Nadie duda de esa realidad. Sin embargo, son muy pocos los que hablan de la manipulación comunicativa a través de los mensajes del celular. Entre las situaciones que se dan entre quienes envían y reciben mensajes en sus celulares es la que ocurre cuando la información recibida es falsa, ya sea de manera premeditada o circunstancial. El anonimato se convierte en un aliado para este tipo de actuaciones, puesto que permite la invención de personajes que solo existen en la mente del que envía el mensaje. Por esa razón se recomienda que los niños estén siempre vigilados por personas adultas para protegerlos de perversos que simulan ser niños pero en realidad, lo que quieren es aprovecharse de su inocencia, engañándolos para extorsionarlos e incluso para prostituirlos. También está el caso de quien usa este medio como instrumento para la manipulación burda de la realidad, la fabulación y la mentira. No hace mucho tiempo conversaba con una persona sobre el particular. Mi gran sorpresa fue comprobar como se complacía diciendo que lo que más le gustaba del celular es que puede contar una tremenda mentira y hacer que se la crean simplemente enviando mensajes a través de su celular. “Puedo decir que he tenido que quedarme trabajando horas extra cuando en realidad estoy en la discoteca y nadie va a saber que no es cierto porque no me están viendo, pero al leer el mensaje se lo creen”. En ese caso, la escritura informal refleja una ausencia de valores con las que se tejen las telarañas de quienes pueden estar interesados en manipular a sus amistades. “Te digo que ‘toi etudiando’ y no que ‘estoy estudiando’ porque así me escondo fácilmente y te voy a contar de cualquier manera lo que me parezca. No me atrevería a decirte esa mentira si hablara contigo por teléfono pero como solo tengo que enviarte un mensaje… me resulta más fácil hacerlo así”. Otra forma muy común es el acrónimo TKM, que significa “te quiero mucho”. La popularidad de esta fórmula es tal que se ha llegado a hablar de la generación TKM y pueden encontrarse blogs sobre el particular. Hay quienes la usan como fórmula mágica con la pretensión de que el otro o la otra caiga en una relación que no va más allá de la mera distracción sexual. “Te digo TKM y no te lo digo de otra manera porque ni siquiera tengo un minuto para pensar en ti y escribir bien mi mensaje de afecto…”, sin embargo, quien realmente te quiere mucho estará disponible para ti todo el tiempo que sea necesario y no necesitará acudir a la escritura basura para decir esas tres palabras que son la suma de uno de los sentimientos más valiosos de la vida… Mi recomendación es que si alguien te dice TKM seguramente no te quiere tanto y si realmente te quiere pídele que te lo diga con todas las letras… que no le quite la e a te, ni la qu a quiero, ni la h a mucho, porque tú eres importante y porque, si está bien escrito, vale la pena creer que es cierto.

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