‘Madre y vida es lo mismo’
LAS EXPERIENCIAS CON EL TRABAJO DE CONSTELACIONES FAMILIARESMUESTRAN QUE COMO ES LA RELACIÓN DE LA MADRE ASÍ ES LA VIDA DEL HIJO
El trabajo con las Constelaciones Familiares nos provee de una especie de brújula que permite situarnos, y facilita la travesía de retorno a casa. Para la vida que empieza a tomar forma material, la madre es la casa. Ella nos acoge por nueve meses mientras se desarrolla el cuerpo y madura para salir al mundo de “afuera”. Para esta vida en formación, su única posibilidad de “ser” es tomar todo de la madre. Las experiencias con el trabajo de CF muestran que madre y vida son lo mismo. Tal como es la relación con la madre, así es la vida. La alegría de vivir es alegría por la madre. Aquel que rechaza a la madre rechaza la vida. Por supuesto, en la mayoría de los casos esta es una realidad inconsciente para la persona; sin embargo, podemos mirar qué área de nuestras vidas no está desarrollada de manera plena, para ver con sinceridad cuál es nuestra relación con la madre: toda pérdida es una pérdida de la madre, toda ganancia es una ganancia de la madre. Quien se ha vinculado con su madre en forma sana sale adelante con confianza. Cualquier área de nuestra vida donde buscamos protegernos para no sufrir daño muestra una herida con la madre. El daño supone para ellos una pérdida; sin embargo, a todo progreso se antepone una pérdida. Si me enfoco en la pérdida, me pierdo lo que esta pérdida me trae. Quienes no han realizado algo en sus vidas es porque no han querido pagar el precio por miedo. Para tomar la vida, el bebé debe decir “sí” completamente a la madre. De ella lo toma todo, lo bueno y lo malo. Todo lo usa para su crecimiento. Así la vida sigue adelante. La relación con la madre responde a dinámicas diferentes para los hombres como para las mujeres. Este hecho complica mucha las relaciones entre géneros, sobre todo en el nivel de pareja. Por razones históricas, nuestra sociedad es patriarcal pero su enfoque es matrifocal. La madre es el eje de la familia y a menudo hace los dos roles: protege y provee (función del padre), y da seguridad y contención (función de la madre). Esta ambivalencia genera mucha confusión en la psique, que se puede expresar como bloqueos, estancamientos o desafíos importantes de crecimiento en forma de enfermedades (el cuerpo se forma de la madre), dificultades con la prosperidad (en el inicio la madre lo da todo), problemas en la relación de pareja (lealtad dividida entre el poder de los hombres y la fuerza de las mujeres), sentimientos de no merecer la realización y el logro (la creatividad es un aporte de la madre), rechazo al cuerpo (exceso de cirugías plásticas, insatisfacción con lo que es), incapacidad para identificarnos con nuestro origen (cambios de nombres, nacionalidad, religión, etc), desconfianza en la vida (depresión, miedos, culpa, crítica, etc). DONDE ESTÁ EL HIJO ESTÁ LA MADRELa madre nunca se pierde.No importa que no se haya conocido, haya fallecido, etc. Donde está el hijo está la madre. Basta con colocarnos delante de un espejo y vernos a los ojos para recibir su herencia. Cuando tomamos a la madre, tomamos la vida y toda su riqueza. Madre y vida son lo mismo.La vida es buena con quien es bueno con ella, por eso, la clave para recibir las bendiciones de la vida es tomar las bendiciones de la madre.