Acción de Gracias
La mesa nos reúne para compartir y agradecer
Convivencia
- Para dar gracias no se necesita comer. Pero, si ese acto de gratitud lo celebramos reunidos en familia, compartiendo alrededor de una hermosa mesa y disfrutando los platos más sabrosos e icónicos de la tradición familiar, entonces esa fecha se vuelve memorable.
El banquete debe tener un estilo familiar y cálido, que invite a la cooperación y fomente la unión.
La primera celebración de Acción de Gracias tuvo lugar en 1621 y se extendió durante tres días. Peregrinos e indígenas compartieron alimentos y actividades al aire libre, como carreras y competencias de tiro, en un ambiente de alegría y gratitud por la abundante cosecha.
En República Dominicana la celebración del Día Nacional de Acción de Gracias y Oraciones está establecida por la Ley 6038 de 1962, que designa el cuarto jueves de noviembre como una jornada de gratitud nacional, sin distinción de credos.
La fecha coincide con la tradición estadounidense, y cada vez más familias dominicanas la celebran como una ocasión especial para agradecer y compartir.
En la actualidad
En los Estados Unidos, la tradición se ha mantenido viva: familiares y amigos se reúnen para disfrutar de una cena deliciosa en la que el pavo asado es el protagonista, acompañado de salsa de arándanos, puré de papas, maíz, pastel de calabaza, nueces y otros platos tradicionales.
En Nueva York, ese día se celebra con el famoso Desfile de Macy’s, uno de los más emblemáticos del país. En él participan bandas representativas de escuelas y universidades estadounidenses, junto a globos gigantes, carrozas temáticas y artistas nacionales e internacionales.
Entre los artistas latinos que han participado se encuentran dominicanos como Romeo Santos, Prince Royce y Natti Natasha.
La mesa del día de Acción de Gracias
Antes de decidir la decoración, recordemos el propósito de este encuentro: más allá de compartir una comida deliciosa, se trata de crear recuerdos entrañables con la familia y los amigos, y de expresar aquello por lo que agradecemos.
El banquete debe tener un estilo familiar y cálido, que invite a la cooperación y fomente la unión. Inspírate en los colores del otoño para elegir el mantel o la vajilla: tonos tierra, verdes, marfil, crema o el naranja de la auyama. Puedes optar por un formato rústico o más formal, siempre que resulte acogedor y funcional para todos los invitados, incluidos los niños.
Elementos básicos
Mantel: elige un color neutro y claro, deja los acentos de color para los detalles decorativos, la vajilla o la cristalería. Si prefieres un estilo más alegre, un mantel en tono vivo o festivo también puede ser una buena opción, especialmente considerando que los accidentes con bebidas o alimentos son inevitables.
Cubiertos y platos: coloca únicamente los cubiertos que cada invitado utilizará. Si no habrá sopa, evita la cuchara. Ten a mano platos y cubiertos adicionales para quienes deseen repetir.
Servilletas: para esta ocasión son preferibles las servilletas de tela, ya que son más absorbentes y cómodas al usarse. Además, aportan elegancia a la mesa y pueden realzar la decoración.
Fuentes y utensilios de servir: tanto si decides colocar las fuentes al centro de la mesa como si optas por un bufé, incluye siempre utensilios apropiados para servir en cada plato —cucharas grandes, pinzas o el juego para trinchar—.
En un bufé, utiliza platos a distintos niveles o bandejas elevadas para ahorrar espacio y añadir dinamismo.
Usa fuentes grandes para el pavo o el cerdo y los acompañamientos principales; medianas para los vegetales; y platos hondos para purés, salsas y ensaladas.
Evita incluir elementos perfumados, ya que los aromas intensos pueden competir con el de los alimentos.
La decoración de la mesa
Una mesa bien puesta y decorada define el ambiente de la celebración. La decoración debe ser armoniosa y de altura baja, para no obstaculizar la conversación ni la vista entre los comensales. Evita incluir elementos perfumados, ya que los aromas intensos pueden competir con el de los alimentos.
Centros de mesa: opta por elementos naturales como follaje otoñal, ramas secas o pequeñas calabazas. La cornucopia o cuerno de la abundancia, llena de frutas como uvas, manzanas y peras, es un clásico que simboliza prosperidad y buena fortuna. Puedes usarla en versiones de mimbre, porcelana o incluso moldeada en masa de harina.
Velas: al tratarse de una cena, las velas aportan una iluminación cálida y elegante. Combina candelabros con velas pequeñas para lograr un efecto acogedor y uniforme.
Flores: elige flores de temporada y colócalas en recipientes rústicos o simples, de manera que complementen la decoración sin interrumpir la interacción entre los invitados.
Estación de bebidas: disponer de un espacio para las bebidas es una manera práctica de mantener la mesa despejada y a los invitados cómodos. Puede ser un bar, una mesa auxiliar o un carrito. Incluye un cubo con hielo y ten a mano vasos cortos, vasos largos y copas, según las bebidas que se ofrecerás.
Además de bebidas con y sin alcohol, ofrece rodajas de cítricos, hierbas frescas y removedores, detalles que siempre suman elegancia.
Plato base: este elemento cumple una función estética y práctica. Colócalo dejando espacio suficiente para las manos o antebrazos de los comensales, alineando su borde con el de la mesa. El plato base no se utiliza para servir alimentos directamente en él y debe retirarse junto con el plato principal, antes del postre.

