Etiqueta corporativa

Correo electrónico: cortesía y elegancia en la era digital

Dato

  • La consultora británica en protocolo empresarial, Jacqueline Whitmore, señala: “la forma en que escribes un correo dice tanto de ti como la manera en que te presentas en una reunión”. Y es cierto, en la era de la hiperconectividad, la elegancia también se mide por la forma en que nos comunicamos en línea.
Personaliza los reenvíos. Antes de reenviar un mensaje, elimina el “FWD” del encabezado.

Personaliza los reenvíos. Antes de reenviar un mensaje, elimina el “FWD” del encabezado.Pexels

En el universo corporativo actual, donde la inmediatez domina las comunicaciones, el correo electrónico sigue siendo una de las herramientas más poderosas para proyectar profesionalismo y credibilidad. Sin embargo, la manera en que escribimos un mensaje puede construir o debilitar nuestra imagen.

La etiqueta digital, una extensión de la etiqueta social, nos recuerda que la cortesía, la precisión y el respeto también se expresan a través de las palabras escritas.

El correo electrónico es más que una herramienta de comunicación: es un reflejo de quiénes somos en el entorno profesional. Cada palabra, cada gesto digital, proyecta nuestra personalidad y nuestros valores. La cortesía, la discreción y la elegancia no se limitan al trato presencial; también viven en la pantalla, en el tono, y en la manera en que decidimos escribir.

A continuación, una guía práctica para perfeccionar el arte del correo electrónico y mantener intacta la imagen profesional.

1. Cuida la forma, refleja tu seguridad. Evita redactar mensajes con todas las palabras en minúsculas, ya que puede interpretarse como falta de interés. Del mismo modo, escribir todo en mayúsculas da la impresión de enojo o de querer gritar. La armonía visual en un correo transmite equilibrio emocional y dominio de la comunicación.

2. Sé claro en el asunto. El campo “asunto” es la primera impresión de tu mensaje. Resume en una línea lo esencial —de forma precisa y concreta— para facilitar la lectura y el seguimiento. Un asunto claro demuestra respeto por el tiempo de quien lo recibe y aumenta las probabilidades de respuesta oportuna.

3. Protege la privacidad. Cuando envíes mensajes a grupos grandes, utiliza el campo CCO (con copia oculta) para evitar divulgar direcciones personales. Este gesto, además de prudente, es una muestra de discreción y consideración hacia los demás. Y recuerda: utiliza la opción “Responder a todos” solo cuando sea absolutamente necesario.

4. Personaliza los reenvíos. Antes de reenviar un mensaje, elimina el “FWD” del encabezado. Esta pequeña acción comunica que te tomaste el tiempo de preparar el contenido especialmente para tu destinatario. Los detalles marcan la diferencia entre un correo impersonal y uno con intención profesional.

5. Responde siempre, aunque sea breve. Ignorar un correo puede interpretarse como descortesía. Si no puedes ofrecer una respuesta inmediata, envía un acuse de recibo sencillo: “Recibido, gracias”. La etiqueta digital recomienda responder dentro de las primeras 24 horas, o en el siguiente día laboral.

La cortesía, la discreción y la elegancia no se limitan al trato presencial; también viven en la pantalla, en el tono, y en la manera en que decidimos escribir.

La cortesía, la discreción y la elegancia no se limitan al trato presencial; también viven en la pantalla, en el tono, y en la manera en que decidimos escribir.Pexels

6. Escribe con precisión y revisa. Un correo con errores ortográficos o de puntuación daña la credibilidad profesional. Utiliza un corrector de texto y revisa el tono antes de enviar. Como decía Oscar Wilde, “la palabra correcta puede ser efectiva, pero ninguna palabra será tan efectiva como la correcta en el momento adecuado”.

7. Evita los archivos pesados. Enviar documentos o imágenes que tardan demasiado en descargarse genera molestia y retrasa la comunicación. Si el archivo es grande, utiliza herramientas de transferencia en la nube o plataformas compartidas.

8. La amabilidad nunca pasa de moda. Palabras como por favor y gracias son el hilo invisible que sostiene la buena educación. Ser amable en un correo no es una formalidad; es un valor profesional que humaniza la comunicación.

9. Controla los signos de admiración. El exceso de signos de exclamación puede hacerte lucir emocionalmente inestable o poco profesional. Úsalos con mesura, sólo cuando el mensaje realmente lo amerite.

10. Evita emoticones y tonos informales. Aunque los emoticones son comunes en chats personales, en el entorno corporativo pueden percibirse como inmaduros. Conserva la sobriedad y profesionalismo en cada línea. Recuerda: el estilo también se expresa en la forma de escribir.

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