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Crónica Ligera

Para alcanzar un sueño debemos ser disciplinados

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Ana Mercy OtáñezSanto Domingo

Desde que somos niños soñamos con lo que seremos de adultos. Recuerdo que quería ser doctora, después por años predique que sería arquitecta, más tarde artista y finalmente periodista, profesión que alcancé, de la que vivo y disfruto. He visto a mis hijos y sobrinos postizos hablar de sus aspiraciones de grandes, sin embargo, por mucho tiempo he hecho esta interrogante a algunos jóvenes cercanos que por una u otra razón se cruzan en mi camino, con el único propósito de armar debates y llevarlos a punto análisis.

¿Quieres ser el jefe o quieres ser empleado? En el noventa por cierto de las respuestas todas coinciden en que quieren dirigir, ser gerentes o estar al frente de su propio proyecto, esto me hizo llegar a la conclusión que también nos pasa a los adultos. Llega un momento en nuestras vidas que entendemos que hemos adquiridos los conocimientos necesarios para ir tras nuestros más grandes sueños, entendemos que poseemos la capacidad necesaria para hacer otras cosas, para poner en practica todo lo aprendido o para iniciar algo propio y esto nos conduce a arriesgarnos por lo que siempre hemos querido alcanzar.

Dedicación

Lo que nadie casi nunca sabe contestarme, es si están dispuestos a pagar el precio que esto implica, entonces les digo, no es cuestión de preocuparse, simplemente se trata de tener disciplina y para esto sólo se requiere, tener la capacidad de renunciar a los placeres momentáneos con el único propósito de alcanzar nuestras metas, a corto, mediano o largo plazo. Esto se logra teniendo pequeños hábitos cotidianos que debemos poner en práctica diariamente, porque para poder transformar nuestras vidas y alcanzar nuestras metas, debemos ser constantes y decididos. “Ningún líder puede alcanzar el éxito sin cierto grado de dedicación”.

Hábitos

Requerimos la capacidad de ajustarnos a un plan que nos conduzca a la meta, es un trabajo arduo que podemos lograr si tenemos los hábitos adecuados que nos ayuden a transitar en la dirección correcta por la que queremos desarrollar nuestra vida. Los hábitos, son el interés mezclado con el deseo de superarnos personalmente. Estos tienen efectos multiplicadores, en la medida en que los repetimos. El impacto que producen los buenos hábitos durante días, meses y años puede ser monumental, pero solo nos damos cuenta cuando evaluamos hasta donde hemos avanzado, Esto nos permite valorar los buenos hábitos versus el costo de los malos, porque en un sano análisis es evidente la diferencia. En conclusión, son nuestros hábitos los que nos impulsan hacia el éxito o al fracaso.

Se puede

Nunca es demasiado tarde para redefinir el camino a transitar. Quienes hemos decidido implementar pequeños cambios en nuestras vidas, hemos saboreado el placer del impacto de los mismos en lo cotidiano. Lamentablemente a veces no queremos aceptarlos, pero nuestros resultados están sustentados en nuestros hábitos. Mirémoslo desde lo financiero, lo alimenticio, lo físico o lo laboral, somos el resultado de lo que hacemos y repetimos, lo cual nos indica que, si nos lo proponemos, podemos cambiar nuestros hábitos. Si deseamos saber cómo vamos, solo debemos detenernos a pensar en las cosas que ganamos y perdemos y lo que estas influyen en nuestras decisiones diarias, pero desgraciadamente lo sentimos mucho tiempo después. Es momento de definir cuales batallas queremos librar para saber cuáles hábitos debemos implementar.

Con el favor de Dios nos leemos la próxima semana.

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