Literatura
Entre teletrabajo y lectura: Así son los días de las ejecutivas en cuarentena

La literatura es un escape sano y seguro, no solo en épocas inciertas como la que vive actualmente la humanidad a raíz de la pandemia por coronavirus, también en la serenidad. Uno de los efectos positivos que tiene abrir un libro y hacerlo suyo por un tiempo, es que se convierte en un buen ejercicio de relajación. De hecho, y según un estudio publicado por la universidad de Sussex, en Reino Unido, leer relaja más que escuchar música, dar un paseo, o tomar una taza de té.
Los amantes de los libros siempre encuentran en su biblioteca un título que los lleva a otros mundos, a otros tiempos, a universos imaginarios, o los conecta con el presente. De alguna manera, leer brinda las herramientas para ser mejores seres humanos.
A propósito del confinamiento que obliga a miles de personas a mantenerse en sus hogares y a combinar las responsabilidades profesionales con los requerimientos del hogar, escudriñamos en la vida de algunas ejecutivas de importantes entidades bancarias, apasionadas de la lectura, para escuchar su testimonio sobre los libros que leen en este momento y el mensaje les ha dejado.
FABIOLA HERRERA DE VALDEZ Subgerente de Sistemas e Innovación Tecnológica. Banco Central Debo confesar que hasta hace pocos días, no había podido sacar el tiempo para leer. El brusco cambio de realidad a encierro, teletrabajo y tareas del hogar, todo junto, fue tan grande que los días pasaban y no había forma de bajar las revoluciones y concentrarme en un libro.
Cada vez que alguien ponía en las redes todas las cosas nuevas que estaba aprendiendo, los libros y películas que había descubierto, etc., y que si salíamos de la cuarentena sin haber hecho eso, estábamos mal, yo me decía indignada que eso reflejaba un desconocimiento enorme de la realidad de los demás.
Casi un mes me tomó volver a poner mis ojos en un libro. Fue limpiando. Vi J.M.G. Le Clézio, ‘El Buscador de Oro’. No lo pensé mucho y lo tomé, dispuesta a dejarme consolar por él, uno de los mejores autores vivos del S. XX. Y así ha sido, pues haciendo el paralelismo con lo que estamos viviendo, en nuestro camino buscando el “oro” nos hemos encontrado de repente con este tiempo extraño, que tiene mucho de descubrimiento, de situaciones inesperadas, de puesta en contexto, de reconectar con personas físicas (y virtuales) y de revalorizar los pequeños detalles antes ignorados.
Como Alexis L’Etang, el protagonista, este tiempo es un paréntesis iniciático en nuestra búsqueda, y, al igual que él, bien pudiera resultar ser lo verdaderamente importante. (Por cierto, Le Clézio tiene un libro llamado Cuarentena, pero esa es otra historia...)
JOSEFINA NAVARRO VP Sénior Comunicación Corporativa y Responsabilidad Social. Banco BHD León Hace algunos meses compré el libro “Ceguera moral. La pérdida de la sensibilidad en la modernidad líquida”, de Zygmunt Bauman y Leonidas Donskis. Entre las ocupaciones laborales y del hogar tuve que detener la lectura. Lo retomé hace unos días, luego de empezar a encontrar la conciliación entre el tiempo y condiciones de trabajo en la casa y la demanda de mis hijos (trabajo e hijos en un mismo espacio). Lo escogí tratando de ahondar en el trasfondo filosófico de lo que vivimos en la sociedad actual, ésta en la que la ingenuidad, lo natural, lo esencial, compiten en desventaja con lo aparente o lo que buscamos construir como real en el mundo virtual, la imagen que vamos creando para dar valor, a la fuerza, a aquello que en realidad no lo tiene.
Entre esta lectura y la realidad actual hay una vinculación estrecha. En este mundo líquido en
el que lo moral parece disolverse arrastrado por un río de corriente fuerte, irresistible, y en que ‘lo que no me afecta no es relevante’, la situación que vive actualmente le mundo, convoca un cambio, aunque sea temporalmente, del entendimiento de la realidad o las realidades. Hoy no hay distinción, la pandemia no discrimina para bien ni para mal, afecta a todos por igual; así que, el dolor del otro puede causar conmoción, porque nos pisa los talones. “Ceguera moral”, es una interesantísima investigación y reflexión sobre esta realidad de la indiferencia y la insensibilidad, un llamado de atención sobre el mal que podemos hacer sin usar armas físicas, sobre la preeminencia de lo virtual y la responsabilidad en el uso de los medios digitales. Con la dramática realidad que vive el mundo ahora, pudiéramos estar ante un punto de inflexión que lleve a la sociedad a un renacer.
MILDRED MINAYA Directora de Reputación y Sostenibilidad Asociación Popular de Ahorros y Prestamos (APAP)
Para este tiempo de cuarentena, entre teletrabajo y las responsabilidades del hogar también elegí disfrutar de uno de los pasatiempos favoritos, leer. Escogí el libro ¿De qué hablo cuando hablo de escribir?, de Haruki Murakami.
El título me atrajo por estar familiarizado con el oficio de escribir, aun sea de forma técnica, como es mi caso. En este libro Murakami ofrece una visión muy cercana a su cotidianidad. Es perfeccionista, disciplinado y muy estructurado. En ocasiones suele asociarse la libertad a la informalidad, a la indisciplina y nada más errado. Particularmente valoro muchísimo la libertad y aprecio la disciplinada.
De sus páginas me quedan estas reflexiones: Es mejor ser una persona corriente pero libre. Una persona libre hace lo quiere, cuando quiere y como quiere. Escribir es perseverancia y resistencia apoyadas en un prolongado trabajo en solitario. La originalidad es algo fresco, enérgico e inconfundiblemente propio.
La precisión de una frase concreta requiere esfuerzo y trabajo. Para escribir se necesita determinada predisposición. Hay quienes nacen con ella y otros la adquieren a base de esfuerzo.
La minuciosa atención a los detalles. Todo aquel que aspira a escribir debería observar con atención a su alrededor. Nunca se entienden las razones de la gente para alabar o criticar a alguien.
Haga uno lo que haga, siempre habrá alguien que lo criticará. Hay que dejar que los materiales “duerman” durante cierto tiempo. Hay que escribir siempre, aunque sea por puro placer
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