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RENOVANDO LOS VOTOS DEL AMOR

“Celia me conquistó, ella supo cómo hacer de mí un hombre mejor, me demostró lo bueno de los valores”.

Agustín de Jesús Jaquez y Celedonia Gómez de Jaques

Agustín de Jesús Jaquez y Celedonia Gómez de Jaques

El 11 de este mes de febrero se celebró el Día Mundial del Sacramento del Matrimonio y en esa misma fecha Agustín de Jesús Jaquez y Celedonia Gómez de Jaques nos abrieron las puertas de su corazón y su casa para hablarnos de cómo se puede llegar a tener una relación de pareja de 46 años.

Él, ingeniero agrónomo, ella, contable de profesión, madre y ama de casa por pasión. Ambos forjaron un matrimonio cimentado en el camino de Dios, lo cual, aseguran es uno de los mejores pasos que han dado en su vida.

La pareja se conoció en la iglesia y aunque vivían relativamente cerca, nunca antes se habían percatado el uno del otro, hasta que un día al salir de la eucaristía se vieron por primera vez. Doña Celia relata que al verlo sintió algo en su corazón que nunca antes había experimentado, y don Agustín, en cambio, solo recuerda que él fue el primero en hablar, y que solo pudo preguntarle que cuál era sus nombre, producto de la timidez que Celedonia tenía en ese entonces.

Celedonia y Agustín se conocieron a la edad de 18 y 19 años respectivamente, y seis años después se casaron. Comenzaron de una manera muy humilde y su principio fundamental desde un inicio fue que en su relación no existía la frase “esto es tuyo, y esto es mío”, sino que existía solo “esto es nuestro”.

El 23 de febrero de 1974 la pareja dijo el ansiado “sí, quiero” en una boda triple, junto a dos parejas de amigos. Hoy tienen tres hijos, seis nietos y 46 años de unión matrimonial. Para ellos esta unión es el resultado de un vínculo que va más allá de lo sentimental. Es el encuentro de dos almas que disfrutan las mieles de seguir los mandatos del señor.

“Cuando comenzamos esta relación yo nunca pensé que serían tantos años los que duraríamos juntos, y para mí, esa frase que dice que el matrimonio es para toda la vida, era una simple expresión”, confiesa Agustín.

La pareja recuerda qué, en aquella época en que se conocieron había mucha presión social, lo que motivó su ausencia de la iglesia. “En ese entonces estaba muy en boga eso de las revoluciones y muchas cosas más… lo que hacía que uno saliera de la iglesia con mucha facilidad”, relata Agustín.

“Con el tiempo uno va madurando, va cambiando de parecer y llegan momentos especiales en la vida, que definitivamente hacen que se replanté esa frase de “para toda la vida”, es lo que comúnmente don Agustín repetía mientras le sostenía la mano a su esposa.

“Para que un matrimonio sea fructífero las personas tienen que aceptar que Dios está detrás. El mal de tantos matrimonios fallidos es que no se abren ante Dios en su relación, tienen un rechazo ante lo que está establecido entre el hombre y la mujer”, dice Celedonia.

Un recuerdo que hace que los ojos de Agustín se llenen de lágrimas, es que en una ocasión la más pequeña de sus hijos al hablar de las cosas que no le gustaba de los demás, se refirió al tono elevado de su voz, que a veces solía utilizar, y que cuando lo escuchaba pelear le daba mucho miedo. “Yo no sé qué haría si los veo a ustedes separados”, le dijo la niña. Esto se le quedó grabado para toda la vida.

“Cuando me casé con Celia yo había salido mucho, era joven y lo normal es que uno quiera llevarse el mundo por delante, hasta que llegó el momento de sentar cabeza. Entre todas las mujeres que había visto, Celia tenía las cualidades que yo quería para mis hijos, en definitiva, yo puedo decir que me casé enamorado”, dice Agustín.

La pareja comentó que una de las cosas que más le ha resultado para el buen funcionamiento de su matrimonio es la confianza mutua que ambos depositan en uno en el otro.

“Lo que nunca se puede perder es la manifestación de amor, ahora mismo me estoy preguntando qué le voy a regalar por motivo del día del amor y la amistad, a ella le gustan las matas y yo siempre llevo eso presente. En nosotros no puede faltar el beso de despedida, y el de cuando llego a casa, los te quiero y te amo se quedan siempre con nosotros”, destacó Agustín.

La fidelidad es uno de los puntos claves en el matrimonios, algo de lo que esta pareja es un ejemplo claro, y gracias a ello fueron llamados por el grupo “Escoge”, un movimiento de la Iglesia Católica, para personas solteras de 20 a 45 años, del cual la pareja es miembro y donde los participantes se integran para convivir en una comunidad de fe.

La pareja cuenta que el deterioro de una relación matrimonial está en el momento donde se comienza a descalificar a nuestro compañero de vida y decirles palabras ofensivas, consideran que este tipo de prácticas pueden afectar de manera muy negativa a la salud emocional de las parejas. “Celia me conquistó, ella supo cómo hacer de mí un hombre mejor, me demostró lo bueno de los valores”, comenta Agustín.

“El me cedió la organización de toda la parte religiosa ya que el no tenía inconveniente y le daba lo mismo que sea una cosa como la otra. Yo vivía atareada de que viviéramos una vida cristiana y duré 11 años pidiéndole a Dios de rodillas para lograrlo, con el tiempo conocí a unas personas que nos llevaron a “Encuentro Matrimonial”, y fue en ese momento, donde hicimos el juramento de que en nuestra relación solo mandaba Dios, entonces nos entregamos a trabajar por los matrimonios y seguimos aun en el mismo movimiento”.

Una de sus nietas Karen Contreras, define la relación de sus abuelos como perseverante, “la buena convivencia entre ellos es algo que he podido apreciar en mi día a día, ellos nunca se rinden y siempre tienen mucha constancia en todo y están ahí cada vez que los necesito”, “cuando me vaya a casar quiero una historia como la de ellos, una vida entera con alguien que me quiera de igual manera”.

Agustín de Jesús Jaquez y Celedonia Gómez de Jaques

foto de la familia completa.

sus 25 años de casados

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