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Renovando los votos del amor

Ismael y Magdalena: La confianza es el ingrediente que los mantiene unidos

La pareja asegura que una relación sana se cultiva, por esto aconseja desarrollar la comunicación. “Los jóvenes deben vivir las etapas, la vida de matrimonio no debe ser tan rápida igual que la de noviazgo”.

Ismael De La Rosa y Magdalena Viola de De La Rosa.

Ismael De La Rosa y Magdalena Viola de De La Rosa.

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Rosmery Méndez VargasSanto Domingo

Ismael recuerda muy bien a Magdalena cuando tenían 8 años, estudiaban en la misma escuela y quizás compartieron alguna sonrisa ingenua de niños, pero no fue hasta la adolescencia cuando se hicieron amigos y en el bachillerato se volvieron inseparables.

En la actualidad, Magdalena Viola de De La Rosa, quien ejerce como psicóloga, en el colegio Calasanz, e Ismael De La Rosa, Medico Ginecólogo en el hospital docente SEMMA, fueron reconocidos como un matrimonio ejemplar por el Despacho de la Primera Dama y es por esto que su historia es parte del especial febrero de Sociales.

Ambos oriundos de San Juan de la Maguana siempre tuvieron su norte claro, Ismael estudiaría Medicina y Magdalena Educación. Estas decisiones los llevaron por caminos separados, él se fue a Santo Domingo a estudiar y ella a Constanza con las hermanas del Perpetuo Socorro donde además impartía clases en el colegio.

Antes de separarse, Ismael le confesó su amor. “Di muchas vueltas porque mi gran temor era perderla, estábamos trabajando en la iglesia, recuerdo que nos encontrábamos debajo de un laurel frondoso que hay detrás de la parroquia y muy nervioso le dije que quería que fuera mi novia”, comenta Ismael.

En ese momento Magdalena no aceptaba la idea de que su amigo estuviera enamorado de ella. “Cuando Ismael me confiesa su amor, sentí que me había faltado, yo que tanto confiaba en él, fue muy difícil para mí y le dejé de hablar, él se me acercó y me dijo que está bien que seamos amigos pero que le dirija la palabra por lo menos”, dice Magdalena sonriendo a carcajadas al recordar ese instante.

Como ambos estaban lejos por sus estudios, Magdalena analizaba si Ismael era el hombre que Dios había guardado para ella y, aunque sus sentimientos eran solo de amistad, se fue dando cuenta que ese hombre tenía valores que para ella eran muy importantes.

Aunque una gran distancia los separaba, Ismael siempre iba a visitar a Magdalena en plan de amigos pero nunca le ocultó lo que sentía. Luego de un tiempo, ella decide irse a la capital a estudiar Psicología y se lo hizo saber. Ismael se alegró de que estuvieran más cerca.

Pero ese plan tardaría un poco más. “Las hermanas que estaban en el colegio las habían movido y la única que conocía el proceso era yo, realmente no quería, pero me quedé ese tiempo e iba los fines de semana a Santo Domingo y tomaba materias y luego que pasó ese tiempo me fui”, dice Magdalena.

Cuando ella se instala donde su hermana en Santo Domingo ya Ismael visitaba esa casa, lo que le resultó muy fácil para seguir viéndola. Poco a poco Magdalena fue generando sentimientos hacia Ismael hasta que decidió darle una oportunidad. “Lo que más me gusta de él son los valores cristianos que tiene, me conquista su proyecto de familia porque son muy parecidos a los míos”, cuenta Magdalena.

Con notable admiración, ambos hablan el uno del otro, y el amor se refleja sin siquiera emitir ningún comentario, fue como hablar con dos novios que apenas tenían meses, pero que aun así se conocen muy bien. Son confidentes y eso aseguran es lo que los ha mantenido unidos por 21 años. “Ambos nos contamos todo, seguimos siendo muy buenos amigos, yo no tengo ningún problema en contarle a Magda lo que me pasa cada día, al igual ella”, dice Ismael.

Dos niños procreó este matrimonio: Ismaldy, de 19 años, e Ismel, de 13, a quienes han criado en valores cristianos.

El matrimonio comparte momentos juntos que son esenciales para cultivar su amor, ambos realizan servicio con la pastoral familiar de la arquidiócesis de Santo Domingo. “Nosotros somos el matrimonio coordinador, trabajamos con 218 parroquias, planificamos actividades para las parejas y esto nos ayuda muchísimo. Recibimos más de lo que damos, porque mientras trabajamos los temas vamos aprendiendo a través de los testimonios de las demás personas”, concuerdan.

La pareja asegura que una relación sana se cultiva, por esto aconseja a desarrollar la comunicación. “Los jóvenes deben vivir las etapas, la vida de matrimonio no debe ser tan rápida igual que la de noviazgo; tan solo el estar cerca de la persona que se ama es algo bonito, no apresurarse a vivir momentos porque todo tiene su tiempo, hablar más y conocerse para que sea una relación estable y duradera”.

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