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DE CERCA

‘Sin Etiquetas’ Una mirada a la inclusión

!Elegante, simpática, sencilla, firme y luchadora! Vivian Fernández de Torrijos, ex primera dama de Panamá, decidió ser más que la perfecta compañera del presidente, su esposo Martín Torrijos. Por supuesto que muchas veces fue también la anfitriona ideal en exquisitas galas, y el foco favorito de los amantes de la moda por su buen gusto. No ostentaba un cargo electo ni nombrado, ni tenía responsabilidad política alguna. Sin embargo, su accionar no pasó desapercibido; se convirtió en la protagonista de una hermosa historia que hoy es parte de su legado.

La autora

Con la publicación de su primer libro ‘Sin Etiquetas’ debutó como escritora. Una obra testimonial cargada de sentimiento. Con una redacción sencilla y amena, en 237 páginas abre su corazón y narra los desafíos a los que ha tenido que enfrentarse tras el nacimiento de su primera hija, Daniella, que fue diagnosticada con parálisis cerebral leve. Este hecho motivó a Fernández de Torrijos a convertirse en embajadora de programas que trabajan en favor de la inclusión.

La mujer

Con solo 32 años, madre, publicista, y sin conocer a ciencia cierta la política, fue Primera Dama, y logró, a través de su enfoque, velar por el cumplimiento de los derechos humanos de las personas con alguna discapacidad.

Un día decidió ‘sacudirse de las etiquetas’ y así ha superado cada obstáculo de su vida. “La idea de tener un mensaje sin etiquetas es exhortar a tener una vida sin prejuicios y tratar de aceptar cualquier situación, por más dolorosa, por más distinta que sea”, dijo la escritora en un conversatorio organizado recientemente por Listín Diario, y al cual tuve el privilegio de asistir.

Algo qué enseñar y qué aprender

“En el 2018 me di cuenta que ese tenía que ser un año para escribir. Era una tarea pendiente conmigo misma para testimoniar mis aprendizajes”, rememoró en el encuentro cultural.

Vivian de Torrijos narra con sutileza y detalles la historia de su vida en las diferentes etapas del libro. Y al culminar la obra, no solo salió airosa, también fortalecida. Sin proponérselo nos enseña que en la vida todo pasa por una razón, porque “mientras vivas, existe el riesgo de sufrir. También de elegir felicidad, para lo cual es necesario asumir actitudes ante el dolor”, escribe en una de las páginas. “Cada día el mundo nos brinda oportunidades para hacer algo que ayude a nuestros semejantes. Cada día podemos ser mejores personas, empezando por aceptar la diversidad...”, enfatizó en el conversatorio, y yo estoy de acuerdo. Ojalá aprendamos a amar a nuestro prójimo así, como quiere doña Vivian, sin etiquetas.

¡Hasta el lunes!

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