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Una abogada que vive de la moda

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Rosmery Méndez VargasSanto Domingo

"Uno de los mayores errores que se cometen es provocar un entusiasmo forzado. Uno no elige sus pasiones; las pasiones lo eligen a uno" Jeff Bezos, fundador de Amazon. A Yvonne Ledesma Bitzer esta frase le va como anillo al dedo, la joven de 29 años es dueña de Lorencetti, una tienda de moda infantil la cual fundó sin proponérselo.

Abogada de profesión con una maestría en Política y Relaciones Exteriores realizada en Alemania, que nada tiene que ver con trazos, tijeras ni diseño, pero era lo que ella entendía le apasionaba. El derecho fue una carrera que solo ejerció por un periodo corto en la Superintendencia de Bancos donde trabajo en el departamento legal.

Pero no se puede huir del destino, y es que el bisabuelo de Yvonne fue el primero en llevar la moda a esta familia, cuando abrió su primera tienda en los años 60’s, la que inició con una marca de su propiedad llamada 'Sherle Tricotts', que ya no existe. En la actualidad es una casa de moda con cuatro marcas propias y han adquirido los derechos de otras tres marcas.

Cuando su madre, de nacionalidad Alemana, y su padre dominicano, luego de un residir por diez años en Europa deciden quedarse definitivamente en el país, fundó la tienda llamada con su nombre Nicole B, en la que tenía diseños de su propiedad, que años más tarde desapareció, la pasión por la moda seguía vigente.

Aunque Yvonne, nació en la isla, dos veces por año iba de vacaciones a visitar sus abuelos en Alemania y siempre colaboraba en el negocio familiar, “al principio era solo haciendo el café, en las ferias de venta y en los últimos años ya tenía mayor responsabilidad.

Recuerda que mientras hacía la maestría su abuela y tía la animaron a crear una marca que lleva por nombre “Samaná” inspirada en el pueblo, ''esta es una marca más económica porque ellos tienen una línea de trajes de baños más costosa”.

Sus viajes a Alemania siempre estaban llenos de emociones en el negocio familiar “Yo duré un verano completo y a los 15 años, diseñando y cortando piezas cuando volví los traje, eran alrededor de 150 piezas, hice un desfile en la casa de una tía y las vendí todas, pero después lo dejé. Después en la universidad durante un tiempo hice cintillos y los vendía”.

El inicio de su negocio solo era un pasatiempo “Cuando terminé la maestría volví de Alemania, ya me había casado y quedé embarazada, como no tenía empleo y la bebé estaba muy pequeña empecé a hacer lasitos, me quedaron muy bonitos y la gente me decía que los vendiera pero yo me quería preparar primero, por eso realicé hice varios cursos de emprendimiento, redes sociales entre otros”.

Luego que se sintió totalmente preparada fue que empezó a vender sus productos. “Pensé que como me había organizado tan bien antes de iniciar las ventas, iba a vender todo de una vez, pero no sucedió así, inicié online y no tenía tantos clientes. Como a los 6 meses me empezó a ir mejor y la que era mi nana empezó a ayudarme y ya al año habían seis personas en mi casa, haciendo lasitos por la demanda”.

En sus inicios pensó que todo sería fácil y rápido pero luego se dio cuenta de que no era así “hay que siempre ir tomando pequeños pasos para ir mejorando, yo quería tener un show room con piso de madera, grande con todo, y me di cuenta que debía ir viendo mi progreso poco a poco, al principio era pequeñito y fuimos ampliando”.

“Emprender no es fácil, la gente ve lo bonito, el resultado, pero es un sacrificio, tengo que pensar en el negocio todo el día, llegar es difícil, pero se logra, pero mantenerse es aún más difícil, siempre hay marcas que te copian, por eso siempre hay que innovar”.

Al hablar de sus sueños, el rostro de Yvonne cambia de inmediato, su risa representa el orgullo que siente de su marca “Tengo muchos planes, quiero tener una marca que represente a República Dominicana, que cuando se piense en Lorencetti hablen del país.” Concluye.

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