Una cita íntima con Dios

Este espacio debe tener entre diecisiete a dieciocho años y siempre he profesado tener fe y confianza en Dios, aunque no era una practicante férrea. La vida se nos vacía en un abrir y cerrar de ojos. Entonces, comienza un caminar distinto, con otras prioridades, con el corazón constreñido y el alma a media astaÖ Y tratas de seguir normal, cual autómata que debe cumplir horarios, reglas y normas. Sin estar en mis planes llegué a un retiro y luego a otro, en cuatro meses. Estos nunca han sido mis reuniones favoritas, era de otra “onda”, pero mis necesidades emocionales necesitan de uno al mes, por lo menos. Es difícil vivir en tratamiento: tratando de sobrevivir y mintiendo, porque los demás no tienen la culpa de cómo una se sienta.

Mi cita Mi encuentro fue en un retiro de Emaus-Mujeres que duró un fin de semana. En un espacio apartado de la cotidianidad del mundo. Cargado de amor, sostenibilidad, esperanzas y lleno de la gracia del Espíritu Santo. Y aunque muchas llegamos rotas de corazón, cuerpo y alma, reconociendo que debemos estar ahí, lo primero que la vida te presenta son decenas de razones para no ir, sin embargo, es uno de los lugares donde sientes el placer divino de reconocerte hija de Dios, te llenas de su gracia especial y sientes que el Señor te toca profundamente, volviendo un poco a ser tú.

Hermandad Emaus Es una comunidad de hermanos a la que llegas a través de una experiencia de encuentro personal con Jesús Resucitado, que te permite como laico seguirle, servirle y convertirte en un agente de cambio y transformación del mundo. Se divide en Emaus Mujeres y Emaus Hombres, aunque todos somos uno, estamos dividos por género para trabajar nuestro crecimiento. Para mí, este es el lugar ideal, donde recibes la transformación del alma, que te permite pasar de oruga a mariposa.

Te recomiendo Mi mayor deseo es que mi entorno familiar, profesional y mis amigos hagan este retiro. Aquí la acción del Espíritu Santo hace que te sientas un ser de amor, que reconozcas tus virtudes, fracasos, emociones y sentimientos, con el único propósito de aceptarte y reconocerte como hija predilecta de Dios. La fe, después de Emaus tiene otra dimensión, es un movimiento que se ejerce desde el corazón, no desde la boca. Al finalizar este retiro somos plenamente conscientes de que nuestro Señor Jesús nos ama grandemente y que misericordiosamente perdona todas nuestras faltas y fallas. ¡Jesuscristo ha Resucitado!

Con el poder divino nos leemos la próxima semana.