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DE CERCA

¿Quieres triunfar? ¡Olvídate de estas frases!

Sin duda los reclutadores del talento humano se enfrentan a un gran reto para formar los equipos. Cada día es más indispensable que los profesionales logren combinar sus conocimientos con la actitud. El complejo mundo corporativo requiere personas comprometidas con su superación profesional y personal, con destreza para trabajar en equipo, con inteligencia emocional y con un alto grado de identificación con la misión y valores de la empresa en la que prestan servicio. Aquí comparto tres desatinadas frases, que parecen inofensivas, pero que debemos eliminar de nuestra mente si el objetivo es acercarnos a la excelencia.

¡No me contrataron para eso!

Nada más absurdo que quedarse haciendo por años siempre lo mismo y no mostrar el más mínimo interés de involucrarse en otras tareas. Si la petición no es algo descabellado o que vaya contra su dignidad, estar dispuesto solo traerá consecuencias positivas. Es sabio poner los límites adecuados para no convertirse en ‘salvavidas’ de otras personas, pero si la solicitud se circunscribe a una labor en la que puede aportar, no se niegue la oportunidad de demostrar que puede.

¡No es mi culpa!

Cuando las cosas no salen como lo planeamos, lo importante es mostrar compromiso frente al equipo. Las personas que a la primera dificultad se escudan tras el “esto no es mi culpa” se proyectan como miembros poco comprometidos. Las situaciones difíciles, como las placenteras, son responsabilidad de todos. Si para solucionar un impase puedes colaborar sin poner en riesgo tu reputación profesional, haz lo posible por ayudar y que todo siga de la mejor manera.

¡No le digas al jefe!

Las personas exitosas nunca dicen esto. Es un acto de irresponsabilidad. Si algo salió mal, o está fuera de control, lo correcto es afrontarlo sin rodeos. Todos nos equivocamos y frente a esa realidad no hay nada que hacer. No deje que el temor juegue una mala pasada y se pierda confianza en sus capacidades y en quien es como persona. Y no olvide que, sin importar qué pasa, no hable mal de los demás compañeros de trabajo. Conviértase en un ente de paz... no de discordia.

No lo tome personal

Quienes desarrollan la mala práctica de tomarse las cosas siempre como ‘algo personal’ tienden a vivir amargados. Los temas laborales se enfrentan con responsabilidad y respeto, pero evitando que logren condicionar nuestra salud emocional. Para sobrevivir en el mundo corporativo, debemos ser realistas y darle la importancia justa a los acontecimientos. Recuerde que el éxito es una receta que mezcla la aptitud con la actitud de manera equilibrada. ¡Hasta el lunes!

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