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DE CERCA

El valor agregado del microcrédito

Desde hace 52 años la Fundación Dominicana de Desarrollo (FDD)es cómplice del progreso de más de un millón de personas que han materializado sus anhelos de progreso amparados en el trabajo honesto. En un país donde son escasas las oportunidades de crecimiento y el desempleo arropa un porcentaje importante de ciudadanos, tener una buena idea para emprender no es suficiente, se necesita apoyo económico y orientación profesional para mantenerla viva en el tiempo. Ahí es donde la labor de la FDD se hace imprescindible como un valioso aporte a la sociedad y un estímulo para avanzar.

Buen trabajo Hace algunos días estuve de cerca en un emotivo acto organizado para reconocer a cuatro emprendedores destacados durante el pasado año. Personas de carne y hueso, que nada tienen que ver con ideales de fantasía. Gente que inspira a no tener miedo a los retos, que sabe que solo con esfuerzo y tenacidad se logran las metas. Pero, además, personas con un gran sentido de la solidaridad, que convierten sus iniciativas en fuentes de empleo para sus vecinos de comunidad.

Un ejemplo Al ver en el escenario a los galardonados fue imposible no emocionarme. Sencillos, auténticos y satisfechos de lo que han logrado, pero también agradecidos del apoyo recibido: Narciso Encarnación, con una liga de béisbol ofrece a los jóvenes una oportunidad para alejarse de los hábitos dañinos; Carlos Jáquez se dedica a la fabricación de sillas para montar caballo; Pablo Guerrero, con invernaderos participa en la creación de empleos; y Esther Casilla, que al tener pocas opciones de mejora en la ciudad, eligió cultivar ajíes para exportación. Todos encontraron en el microcrédito el soporte que necesitaban.

El impulso Una vez leí que 'en el único lugar donde el éxito se encuentra primero que el trabajo, es en el diccionario', estos testimonios lo confirman. Amelia Reyes, presidente de la FDD, habló de su regocijo al ver el resultado de la voluntad de los dominicanos que con muy poco logran un gran impacto. Pero hay algo que va más allá del impulso económico y es precisamente lo que ha motivado estas líneas: ¡Confianza!, ese es el valor agregado del microcrédito, sentir que alguien confía en tu idea, la valora y la respalda. La confianza es un intangible, pero no deja de ser mágico. Lo dijo cada uno de los galardonados cuando sonreía, cuando miraba a la audiencia y cuando alzaba su placa como gritándole al mundo: ¡Lo he logrado…!

¡Hasta el lunes!

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