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Karina Cruz una madre en victoria

Karina Julissa y José Luis Guzmán, junto a sus hijos Razier Guzmán, Sara y Luisa. CORTESÍA DE KARINA.

Karina Julissa y José Luis Guzmán, junto a sus hijos Razier Guzmán, Sara y Luisa. CORTESÍA DE KARINA.

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Ivelisse VillegasSanto Domingo

Cuando una madre dice que sus hijos son buenos, inteligentes, cariñosos, respetuosos y centrados en sus valores más perennes, en parte, se está describiendo, porque los vástagos son una versión mejorada de sus padres.

Una madre que se acopla perfectamente a este perfil es Karina Cruz, esposa de José Luis Guzmán y madre de Sarah Michelle, Luis Razier y Luiza.

Ella se describe como una mujer bendecida por tener una familia maravillosa, a su madre viva, y una trayectoria profesional que ha sabido equilibrar con su rol de madre.

“ Me crié en Nueva York, luego mis padres se divorciaron y mi madre y yo regresamos a República Domincana. Cada verano retornaba a Estados Unidos a trabajar para ahorrar, con apenas 13 años’’, cuenta, Karina.

Con lágrimas por la emoción, confiesa: ‘‘Mi madre, Luisa Fernández, desde muy pequeña me enseñó el valor al trabajo, la educación, la familia y la fe en el Señor”.

Karina es hija única y este hecho la ha marcado de forma positiva. ‘‘Tengo un legado de ella en cada rol que he desempeñado. Mi madre es una mujer luchadora, que viene desafiando y asumiento retos desde siempre y ha salido victoriosa de situaciones en las que ha estado vulnerable en el aspecto económico, social y emocional’’. Las madres marcan un legado en la vida de uno, porque ‘‘somos las llamadas a traspasar la fe a nuestos hijos como dice la Biblia en Timoteo: “una fe no fingida’’.

‘‘Fui madre a los 20 años trabajando y estudiando al mismo tiempo. Fue muy difícil y cuando se tiene niños tan joven se renuncia a vivir una etapa que ameritaba esa edad, y esto afecta, aunque sea por elección propia. También mi esposo y yo vivimos retos muy difíciles. ‘‘Fue en este trance que me dije ‘yo puedo’. Se puede aunque sea más desafiante y, paralelo a esta vorágine, decidimos servirle a Dios’’.

Karina cuenta que sólo así pudo lidiar con esta etapa de madre, esposa, hija y poder graduarse de licenciada en Administración de Empresas y luego un Magister en Marketing y Relaciones Internacionales.

Karina tiene más de doce años de experiencia laboral. En la actualidad se desempeña como gerente de Comunicación y Asuntos Corporativos para Cemex Dominicana.

A partir de que aceptó que Dios sea el centro de su vida es más realista y optimista con mis hijos, haciéndolos conscientes de la realidad y el contexto que experimenta la familia al momento de tomar decisiones, respecto a los retos que trae el día a día”.

‘‘Si me preguntan cómo me describiría como madre, diría que soy muy esperanzadora, siempre digo que lo mejor estás por venir’’, dice.

Su hijo mayor tiene 21 años, estudia Derecho; Sara y Luisa son adolescentes y siempre les aconseja a que se den la oportunidad de preguntar, si no están de acuerdo, que generen debate con respeto y acepten las opiniones que se presenten en cualquier escenario, sin lástimar sus covicciones y valores.

‘‘No tengo a mis hijos en una burbuja pero les enseño a que sepan identificar a una persona buena de una mala, a enfrentar las complicaciones de la vida y a entender que cuando una persona es mala es porque tiene carencias y, que el ser humano está en constante crecimiento. No somos un producto final’’, asegura.

“A las madres que están solas, que tienen hijos enfermos, o que están en situaciones que creen nunca van a salir, y a las que tienen dinero, pero le falta valores y afecto; madres que tienen hijos con adicciones y presos, les digo que nunca pierdan la esperanza”.

Algo qué contar Espiritual “Soy creyente y las familias no podemos perder el principio de la palabra”

Agradecida. “Gracias a que mi esposo es un verdadero papá y el apoyo de mi madre estoy saliendo airosa de este rol que me da tanta felicidad”

Mensaje “No me gusta vivir con temores, pero al ver esta generación tan superficial y el deterioro en la sociedad es tan latente que mi oración para mis hijos es que nunca se aparten de la palabra Dios”.

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