"Duarte fue un hombre fuera de lo común"

Diómedes Núñez Polanco, director de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña y presidente de la Fundación Juan Bosch, es un historiador que admira a Juan Pablo Duarte por todos los valores morales y cívicos que dejó de legado al país.

El fundador de la República fue buen hijo, amigo, estratega militar y mostró una dignidad y lealtad que pocos superarán a través de la historia.

Durante este mes Las Sociales ha preparado una entrega especial: ‘Pasión por la Patria’, en la que los símbolos patrios y todo lo relacionado a la figura del prócer de la Patria es enaltecido. Esto nos lleva a la Biblioteca Nacional, donde Duarte es el protagonista. A su entrada hay vitrinas con obras de escritores dominicanos y una foto inmensa de él engalana una de sus paredes.

Duarte tuvo la visión de crear un estado independiente, soberano, libre de todo dominación extranjera, asumiendo toda clase de riesgos y sacrificios, explica Núñez.

El extinto presidente Joaquín Balaguer, en su libro El Cristo de la Libertad, vincula la vida de Duarte a lo divino, cito: ‘‘El padre de la Patria no fue un personaje común, no fue un varón cualquiera, este hombre casi extraterreno que vivió como un santo, que murió con la dignidad de un patriarca, y que entró en la política y salió de ella como un copo de nieve. Para parecerse más a los santos, a aquellos santos acartonados y secos que se retiraban al desierto para aislarse de todo comercio con el mundo, Duarte huye durante más de diecisiete años a las soledades del Río Negro, a un sitio casi inaccesible en donde se interponían entre él y el resto de los hombres las fieras con sus aullidos y las selvas de Venezuela y de Brasil con sus impenetrables pirámides de verdura. Pero hasta allí llegó aquel hombre inocente precedido por la fama de sus virtudes como llegaba Jesús a las aldeas de los pescadores precedido por la fama de sus milagros’’.

Núñez Polanco admira a un Duarte rebelde, independiente, luchador permanente, democrático y justiciero. El Duarte que aprovechó todas las oportunidades de adquirir conocimientos para luego multiplicarlo para el bien de su nación. Valora grandemente a ese joven que una vez dijo: “Sed justos lo primero, si queréis ser felices. Ese es el primer deber del hombre; y ser unidos, y así apagaréis la tea de la discordia y venceréis a vuestros enemigos, y la Patria será libre y salva. Yo obtendré la mayor recompensa, la única a que aspiro, al veros libres, felices, independientes y tranquilos”.

Para Duarte nada estaba por encima de la Ley.

Homenaje

“Desde el 26 de enero día del nacimiento de Juan Pablo Duarte, hasta el 9 de marzo, día del natalicio de Francisco del Rosario Sánchez, se estarán realizando en el país actividades para recordar a los Padres de la Patria, pero un mes no es suficiente. Se debe hacer más para difundir la vida del patricio, quien siempre luchó por la defensa del desarrollo de la justicia social”, dice Núñez Polanco.

El historiador sugiere que la obra de Duarte sea conocida y proyectada a profundidad, junto a los demás patriotas para que las nuevas generaciones puedan seguir ese legado, para motivar a imitarlo y que adquieran ese valor patriótico y moral que tanta falta hace en esta sociedad.

Como historiador está complacido de que muchos hombres y mujeres jóvenes están escribiendo sobre historia. La figura de Duarte nunca ha desmayado, siempre se editan publicaciones nuevas y la Biblioteca Nacional es un espacio abierto a la lectura y con material suficiente para todos los que busquen buena bibliografía sobre la vida y obra de Duarte.