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Un gatito que pasea por la Ciudad Colonial

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Coordinación Celeste PérezSanto Domingo

Érase una vez una niña feliz, inmensamente feliz, que crecía rápidamente al lado de sus padres y de su hermana, rodeada de trinitarias y casonas antiguas. La niña era muy observadora. De su padre, un prestigioso almirante, aprendió el valor de la disciplina y el trabajo. De su elegante madre, sobre el amor por los viajes, el arte y la belleza. Con su hermana compartía innumerables momentos de juegos, risas y complicidad.

Durante un tiempo vivió en Washington y tuvo la oportunidad de formarse con una cultura amplia y universal. A finales de la década de los setenta, viaja a New York a concluir el bachillerato y perfeccionar el idioma inglés.

Su interés por otras lenguas y las maravillas del mundo la llevaron a Lausanne en Suiza. Allí estudió Administración Hotelera y se convirtió en traductora simultánea en español, inglés, francés e italiano.

La niña ya no era tan niña, y viajó a Florencia, Italia, donde se especializó en Diseño de Joyas Renacentistas. Pasadas dos décadas, regresa a República Dominicana, ya convertida en una mujer, ingresó a laborar en Editora Listín Diario, donde ocupa la posición actual de directora de Revistas y Comunicaciones.

Un día, la protagonista de este relato reflexionó sobre el concepto de la palabra felicidad y entendió que también los animalitos eran merecedores de experimentar el bienestar.

¿Qué pasó entonces? El tiempo perfecto de Dios, que todo lo ha de planear, la llevó a vivir en la majestuosa Ciudad Colonial de Santo Domingo, aquí descubrió pasiones que desconocía, como el amor por la historia de los monumentos y las iglesias, por los animales desprotegidos y por las plantas. Y se involucró, en cuerpo y alma, para ser parte de una ciudad donde todos los seres vivos fueran respetados y valorados con amor.

Estos intereses se unieron a voluntades y formaron una nueva persona, ahora con deseos de ser parte del cambio que quería ver y decidida a dejar una bonita huella en la sociedad.

Ahí nace también la escritora que, una tarde fresca de otoño, conoce al gatito Cuba, quien es el personaje principal de su primer libro infantil: Un Gatito en la Ciudad Colonial.

Para ella, el tierno animalito que se convierte también en su mascota, ha significado un reto y le ha enseñado que el amor que ofrecemos de manera incondicional siempre retorna a nosotros.

A través de las páginas del libro, el gatito Cuba ahora es inspiración para que muchos niños aprendan a valorar a los animales que viven en la calle y conozcan la mágica e interesante historia que envuelve la Ciudad Primada de América.

Un Gatito en la Ciudad Colonial ha caminado por diferentes ambientes, desde lejanos barrios marginados hasta colegios privados, y el resultado ha sido el mismo: un grupo de caritas felices y ojitos curiosos que aprenden sobre la igualdad, el valor del trabajo y la importancia de respetar y amar a la Patria.

La protagonista de esta historia se ha convertido en una mujer que aprendió a redescubrir el valor de la sencillez, a disfrutar de lo espontáneo y a hacer más cosas de las que la hacen feliz.

Ella no se detiene y ya está trabajando una segunda obra infantil, donde el personaje principal será `Havana¥, una gatita autista compañerita de Cuba, que enseñará a los niños la importancia de la inclusión.

Así que, con el favor de Dios, esta historia continuará...

Sobre la obra Literatura infantil. El libro Un Gatito en la Ciudad Colonial ha sido editado en inglés y español, con hermosos dibujos de acuarela, trazos inéditos del artista Moisés Féliz.

Bondad JOSÉ RAFAEL LANTIGUA Exministro de Cultura “Rosanna Rivera ha escrito un relato para infantes. Hermoso, bien construido, con buena prosa, con estilo sencillo, con plena libertad creadora. Cuenta una historia como la ha vivido e imaginado y uno alcanza a ver en la misma su preocupación social y el amor a la Ciudad Colonial. Cuba, el gatito negro que protagoniza la historia, es un reflejo de bondad y un ejercicio de imaginación basado en un hecho real, destinado a otorgar valor a la vida animal y a mostrar que podemos construir un cuento infantil desde cualquier experiencia”.

Cultura MARÍA TERESA DE CATRAIN Historiadora y directora de Quinta Dominica “La obra es un relato que, con la excusa de contar las aventuras de un gatito, nos regala un paseo por la Ciudad Colonial de Santo Domingo, cargado de hermosos mensajes para los niños. Es un texto que retoma valores universales a través de imágenes cotidianas. Consciente de su interés por la revalorización de los monumentos, Rosanna orienta a sus lectores a dirigir la mirada hacia, por ejemplo, el águila bicéfala, escudo de la catedral y símbolo de aquél emperador de medio mundo y de nuestra Ciudad Colonial”.

Autenticidad FREDDY GINEBRA Casa de Teatro “Al leerle el libro a mi nieta y preguntarle si le había gustado, ella con sus ojos expresivos solo atinó a decirme: ‘Abuelo, llévame por favor a conocer a Cuba, el gatito negro’. Me agrada que Rosanna, a quien conozco desde niña, haya decidido incursionar en este género literario. El mundo necesita más libros de cuentos y risas infantiles. Quienes escriben para niños son auténticos hacedores de bien”.

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