Santo Domingo 30°C/30°C few clouds

Suscribete

Protocolo

Protocolo, comunicación y turismo: Una relación obligada

Avatar del Listín Diario
Francisco SuárezSanto Domingo

Cuando alguien nos pregunta por el protocolo, nuestra mente se va inmediatamente al conjunto de reglas de formalidad que rigen los actos y ceremonias diplomáticos y oficiales. Es lo que se conoce popularmente como "cumplir con el protocolo".

Unas normas que se han creado a lo largo de los años por profesionales que tienen objetivos de estrategia y comunicación bien definidos. Con un evento ”protocolario” se busca algo muy concreto, transmitir una imagen muy determinada o mandar un mensaje a la población. Por ejemplo, las últimas y cuidadas apariciones de la Princesa Leonor, donde la Casa Real quiere ir mandando claros mensajes sobre el papel de la que está destinada a ser la futura Reina de España.

Otros ejemplos menos afortunados son los siempre comentados actos del presidente Trump en la recepción de las autoridades extranjeras, más habituadas a cumplir ciertas normas de respeto, cortesía o educación.

Sin embargo, el protocolo es más que los eventos de los gobiernos o de las casas reales. El protocolo es también el conjunto de reglas de cortesía que se siguen en las relaciones sociales y que han sido establecidas por costumbre.

Obviamente, estas normas de cortesía son diferentes en cada cultura y en cada país por lo que existen cientos de protocolos en el mundo, que son el resultado de las diferentes experiencias de vida de los ciudadanos, del clima, de las condiciones de vida, etc. Así, y sin querer generalizar, no es lo mismo la simpatía y la hospitalidad caribeña o latina que la aparente seriedad de los países del norte y este de Europa

Cada vez que un turista viaja se genera un pequeño acto de protocolo y comunicación y es allí donde todos nosotros podemos mejorar la imagen de la isla. Cuando un turista llega a la República Dominicana y el policía de Aduanas, el taxista o el conserje del hotel le recibe con una sonrisa y un saludo amable, habremos hecho mucho para crear una primera buena sensación.

Con la comunicación no verbal y las palabras estaremos comunicando al turista que agradecemos la visita y, por lo tanto, que le deseamos una buena estancia. Básicamente, tras horas de vuelo desde el continente americano o desde Europa mostramos al turista que es bienvenido a la isla.

La marca-país de República Dominicana es alegría y amabilidad. Esto ya se ve en el conjunto de la sociedad dominicana, pues en el resto del mundo existe la idea generalizada de que es un pueblo amable”.

República Dominicana tiene muchos recursos para mejorar su competitividad y su imagen. Pero que en sus activos intangibles (los mas sensibles y baratos de implementar) está su gente, su alegría, su sonrisa, su disposición por atender al turista. En definitiva, su hospitalidad.

Es importante la educación, la capacitación de la población, la enseñanza de otros idiomas, además del inglés que debería venir desde la cuna. Son herramientas que cambiarán los protocolos de recepción y atención a los turistas actuales y futuros.

Sin embargo, la alegría de sus músicas, de sus paisajes, la amabilidad de su clima y playas y la hospitalidad innata del pueblo caribeño son ya claros elementos diferenciadores con los que cuenta la República Dominicana. Estas características son ya la imagen de la isla y, por lo tanto, herramientas de comunicación diferenciales que no tienen otros países receptores de turistas.

En la actualidad, el turismo en el mundo está cambiando y el perfil del turista también. En líneas generales el turista está demandando infraestructuras y productos más ecológicos, busca complementar la playa con historia y cultura, es cada vez más sensible a aprender la gastronomía y las costumbres locales, exigen las mismas comodidades que tienen en casa y, por supuesto, consideran que disponer internet de alta calidad es algo necesario para seguir conectados con su familia, al mismo tiempo que promocionan los atractivos del destino en las redes sociales.

También están cambiando los focos de origen del turismo. Por ejemplo, en los próximos cinco años, cerca de 200 millones de chinos saldrán de su país. Es una cifra lo suficientemente atrayente para que un destino turístico tan importante como es República Dominicana, empiece a prepararse para recibir a un turista que prefiere la historia milenaria, las compras y los servicios de lujo y los Patrimonios de la Humanidad, a los resorts de sol y playa.

Hay que empezar a crear productos turísticos donde los primeros turistas chinos comiencen a sentirse a gusto y especiales. Cuando se hayan recibido los primeros prescriptores, los demás asiáticos vendrán por imitación.

No hay que olvidar que el turismo es un sector que aporta un millón de empleos y casi el 10% del PIB de República Dominicana. El enorme tamaño y la disposición de gasto del turismo chino -4 veces superior al turista europeo- puede hacer que la economía de la isla se vea claramente beneficiada.

Pero, para atraer a chinos, y al resto de los turistas, República Dominicana tiene que seguir formándose y perfeccionando las mejores herramientas de comunicación y protocolo que tiene: la amabilidad y la simpatía.

Sobre el autor

Es presidente de VIRTUS3.14 Communication Group y profesor de la Escuela Internacional de Protocolo. Asesor de la comunidad china en España.

Será ponente en el XVII Congreso de Protocolo que se realizará los días 19, 20 y 21 en el Hotel El Embajador.

Tags relacionados