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FAMILIAS SUSTENTADAS EN VALORES

Una crianza basada en felicidad y unión

Isidro F. Castillo, Gisel Castillo, Ricardo José Sharp Castillo, Ricardo Sharp y Luis José F. Castillo.

Isidro F. Castillo, Gisel Castillo, Ricardo José Sharp Castillo, Ricardo Sharp y Luis José F. Castillo.

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Rosmery Méndez VargasSanto Domingo

Amor a primera foto, se puede decir fue lo que sintió Ricardo Sharp al recibir por error una invitación de amistad en la red social HI5, por parte de Gisel Castillo, quien pensó que él era un amigo suyo por la coincidencia de nombres y de parecido físico.

Hablaron pocas veces, en una ocasión Ricardo, quien trabajaba en una AFP, le ofreció a Gisel sus servicios, y hasta fue a su lugar de trabajo con esa excusa, pero la realidad es que él deseaba verla, pero ella no le prestó ninguna atención, haciendo que se marchara de aquel lugar sin ninguna esperanza.

Pasaron cuatro años para que Ricardo le escribiera por Messenger, para invitarla a salir, a lo que ella accedió, lo que le tomó por sorpresa. “Y a partir de esa primera salida jamás nos hemos separado”, comenta Gisel, quien es consultora de Negociación y Marketing.

Tres hermosos hijos tiene esta pareja: Isidro, el mayor, Luis José y Ricardo José, de 22, 13 y 5 años, respectivamente. Aunque los dos mayores no son hijos biológicos de Ricky, como cariñosamente le llaman, él los quiere como si lo fueran. “Ricky fue un papá para Luisjo que lo encontró de algunos cuatro o cinco años, y con Isidro siempre llevó una relación muy amistosa, yo esperaba quizás menos y la manera en que se integraron todos ‘mis hombres’, como yo les digo, ha sido fabulosa, no he tenido nada que reclamar en ninguna de las partes, para mí ha sido una muy buena relación”, dice Gisel.

“Entre los niños y yo hubo mucha química, con el mayor jugaba mucho playstation y como el menor estaba muy pequeño, le enseñé muchas cosas: a nadar, montar bicicleta y ese tipo de actividades” recuerda Ricardo, quien labora en el área de negocios de la banca privada.

La llegada de Ricardo José, el más pequeño, fue una gran sorpresa para la familia. “El bebé llegó tres meses después de habernos casado, y la idea era esperar un año porque apenas había dejado de planificarme, quedé embarazada de inmediato. Recuerdo que estábamos en Cabarete, de fin de semana, decidí comprar una prueba y salió positiva, pero yo no me lo creía, entonces, vinimos a Santo Domingo, y compré otra y ahí fue que reaccionamos. No era algo que me esperaba, pero desde que una criatura te cae en el vientre el amor nace, Ricardo José ha sido una bendición para nosotros, un regalo que Dios nos envió”, afirma Gisel emocionada.

Ser felices es lema de esta familia y es que, así definen estos padres la manera en que educan a sus hijos. “Soy abanderada de que yo educo para que mis hijos sean felices, quizás porque soy muy rebelde, en el fondo, no soy de patrones, he tratado de inculcar mis propios modelos siempre con valores y mucha responsabilidad, atendiendo que mis hijos no se dejen llevar de etiquetas de la sociedad sino que sean ellos mismos y que tomen como ejemplo la forma en la que nosotros vivimos, quizás no somos personas muy sociales, de muchísimos amigos, pero sí de valores muy arraigados”.

“Esto es independientemente de la parte educativa que está por encima de eso. Yo soy cero etiquetas y Ricky igual, él es un hombre muy humilde, yo creo que esa es su mayor virtud”. asegura Gisel.

Al preguntarle si tenían alguna tradición como familia, la respuesta fue unánime “uff muchísimas” seguida de risas, y es que los Sharp Castillo celebran todos los cumpleaños y fechas festivas que están marcadas en el calendario, esto es aparte de lo que hacen regularmente, como ir todos los sábados donde la madre de Ricky a almorzar. “Mi suegra es de las que, en el día de los enamorados, decora con globos de corazones y le regala chocolate a sus nietos, todo lo celebramos”.

Y todas estas celebraciones tienen un común denominador, mantenerse juntos. “La familia de Ricky es muy involucrada y eso, al principio, me trajo algunos problemas porque en mi familia somos más independientes, sin embargo, me he ido adaptando porque me ha agregado valor a mí como familia que es bueno también irle dejando ese legado a mis hijos, que siempre estén juntos”.

¿Cuál es el legado que le quieren dejar a sus hijos? Fue la pregunta que hizo que la respuesta fuera inmediata: “unión” dijo Gisel tan emocionada que no puedo evitar que las lágrimas la acompañaran “siempre hemos hablado de eso, pienso que hay un día que yo no voy a estar y para nosotros es muy importante que ellos se mantengan unidos, esa es mi petición al mundo, a la vida, el regalo más grande sería que los tres se busquen, se mantengan unidos y celebren todo lo que puedan”.

SUS HIJOS SON SU ORGULLO

Para Ricardo y Gisel, sus hijos son sus mayor felicidad y hablar de ellos de inmediato denota orgullo: “Los niños se llevan muy bien entre sí, aunque como todos hermanos tienen sus diferencia, principalmente los más pequeños.

Ricardo José y Luis José pelean mucho pero se extrañan, no pueden estar un momento separados y sí yo le llamo la atención a Luis José, Ricardo José es el primero que me reclama que no debo hablarle así a su hermano, y viceversa”, cuenta Gisel.

“Isidro es el hermano mayor protector, es el tipo de hermano mayor que funge hasta como papá porque es muy responsable y comprometido con la familia y vela porque sus hermanos estén bien, ese muchacho hay que sacarle su comida aparte”, asegura con una gran sonrisa.

UNA FAMILIA LLENA DE AMOR 
Un gran abrazo me sorprendió de repente. Era Ricardo José. El amor que irradia solo puede ser producto del amor y los valores con los que está siendo criado. En ese momento las palabras sobraron, con ese gesto dijo lo feliz que es y demostró los valores que sus padres que le han inculcado. Con él la conversación fue muy espontánea.

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