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La fiesta de la solidaridad

Rocío Sánchez, Rosanna Rivera y Alexandra Matos de Purcelle.

Rocío Sánchez, Rosanna Rivera y Alexandra Matos de Purcelle.

La mesa de té del salón Arturo J. Pellerano Alfau se vistió de verde. Sobre ella, hermosos arreglos de rosas blancas y frutas fueron colocados con gracia. El ambiente recreado no fue casualidad, el tradicional espacio estaba preparado para recibir a los organizadores y participantes de la sexta edición del Árbol de la Esperanza.

La iniciativa, que se renueva cada año, en esta ocasión propone rebozar de diferentes frutos la majestuosa estructura situada en el atrio central del centro comercial, a beneficio de los proyectos de la Fundación Amigos contra el Cáncer Infantil (FACCI), la Asociación Dominicana de Síndrome de Down (Adosid), la Fundación Solidaridad Calasancia (Solca) y la Fundación Dr. Juan Manuel Taveras Rodríguez (Cedimat).

“Nuestra intención con este proyecto siempre ha estado clara. Queremos que la sociedad dominicana sea consciente de que, aunque es cierto que hay muchas familias afectadas por múltiples situaciones, todos podemos ser parte de la solución. El Árbol de la Esperanza nos permite afianzar la consciencia colectiva, transformar vidas y fomentar valores como la solidaridad y el compromiso”, expresó Rocío Sánchez, gerente de Mercadeo de Ágora Mall.

Un minucioso proceso de depuración es agotado para seleccionar las fundaciones que serán beneficiadas en cada versión. Según explicó Sánchez, lo más importante es que las entidades sin fines de lucro estén activas en sus aportes a la sociedad, deben tener clara la planificación de cómo utilizarán los fondos y contar con la estructura de un voluntariado comprometido con la causa.

Más apoyo. “Esta plataforma de donación promueve el trabajo voluntario como un eje importante de apoyo para cada fundación. A la fecha hemos logrado la participación de aproximadamente 1,240 voluntarios, quienes han donado 6,291 horas de su tiempo bajo la motivación de ser parte de la solución.

Personas que se mueven a la acción haciendo suyo este proyecto y logran materializar las metas propuestas”, dijo Rocío Sánchez.

Los frutos de la esperanza Miles de historias de solidaridad y satisfacción se desprenden de las ramas del Árbol de la Esperanza, de Ágora Mall, que se ha convertido en sinónimo de vida, trabajo en equipo y esperanza.

En este contexto, es natural contagiarse del entusiasmo. Compromiso, pasión y solidaridad son características comunes en cada uno de los representantes de las entidades sin fines de lucro que participan en la sexta versión del Árbol de la Esperanza.

Ilda Mella, presidente de la Asociación Dominicana de síndrome de Down (Adosid), explicó que la institución trabaja para fomentar la educación de las personas con síndrome de Down y sus familiares, contribuir a su desarrollo integral y su inserción en la dinámica familiar, social y laboral, potencializando al máximo sus capacidades y habilidades.

“Es la primera vez que nuestra entidad participa en el proyecto. Con los fondos recaudados vamos a construir un salón multiusos para impartir clases de danza y ofrecer terapia a los niños, porque estamos en un local pequeño y necesitamos espacio, por eso necesitamos la solidaridad de los dominicanos”, dijo Mella.

La Fundación Amigos Contra el Cáncer Infantil (FACCI), representada por su presidente, Alexandra Matos de Purcelle, participa por tercera vez en el Árbol de la Esperanza. Es una organización comprometida en mejorar las condiciones de vida de los niños y niñas de escasos recursos económicos pacientes de cáncer, dentro del Hospital Infantil Dr. Robert Reid Cabral.

“El objetivo de nuestra participación en el Árbol de la Esperanza es obtener los recursos para completar el equipamiento de la primera Unidad Móvil para donación de sangre del país, así como para financiar el programa de tratamientos para nuestros pacientes”, explicó Matos de Purcelle.

Rubén García, de la Fundación Solidaridad Calasancia (Solca), sostuvo que la organización, que en la actualidad llega a 200 niños por año, trabaja en la educación para niños, niñas y jóvenes en situación de riesgo y vulnerabilidad social. Su foco de acción está en comunidades desfavorecidas en áreas rurales de La Romana, y en La Puya, de Arroyo Hondo, en Santo Domingo.

“Nosotros propiciamos un espacio sano para que los niños puedan crecer y desarrollarse, a través de los programas de Solca los niños complementan la educación que reciben en la escuela en base al fomento de los valores, clases de danza, animación a la lectura, apoyo escolar, capacitación técnica, cómputos, deportes, capacitación en general. Con los fondos recaudados daremos continuidad a los proyectos para seguir sensibilizando sobre la importancia de la educación no formal como una forma de transformar la sociedad”, enfatizó García.

La Fundación Dr. Juan Manuel Taveras Rodríguez, institución que ayuda a los pacientes de escasos recursos que acuden a Cedimat para que puedan tener acceso a tratamientos de medicina avanzada y especializada, estuvo representada por su presidente, Angélica de Ginebra.

Rubén García e Ilda Mella.

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