¡Vacacionar es importante!

No era muy dada a romper mis rutinas, en lo laboral ni en lo personal, podía robarme un fin de semana o dos días, pero no más de ahí, no lo veía mal, porque entraba en la clasificación de “Workalcoholic” y no me disgustaba mi forma de vida… He desarrollado un estilo de vivir conforme ha ido pasando el tiempo y ha sido mi mente y mi cuerpo que me han exigido hacer un “stop” de vez en cuando, así lo he aplicado desde que le doy el justo valor a mi vida.

Yo me he vuelto una fanática de las paradas diarias, semanales, mensuales y anuales; sí, porque desconectarme momentáneamente o por un tiempo determinado me ayuda a enfocarme en mis metas, recargar energía, descansar mi cerebro y renovar mi mente y mi cuerpo.

Tomar vacaciones es importante, si no lo hace apréndalo, porque nada le suma más valor que tomarse un período completo de descanso físico y mental. He tenido que estudiarlo y aprenderlo, solo así he disfrutado de sus beneficios hasta promoverlo.

Hoy en día las grandes multinacionales han incorporado espacios de descanso y ocio dentro de sus instalaciones, reconociendo el valor del “stop” dentro del horario laboral.

He decidido hacer turismo interno y cada vez más reconozco que nuestro país lo tiene todo! Hace unos días estuve por Samaná, zona que me encanta y disfruto, sobre todo cuando me alojo en el hotel Grand Paradise, un paraíso natural en Las Galeras, donde he pasado excelentes estadías.

Samaná cuenta con varias de las mejores playas de nuestra nación. Disfruto la zona por la naturaleza del entorno que me envuelve en una magia única para vivir grandes momentos de relajación… También de buenas aventuras, es una decisión personal. Me gusta ir a los lugares donde el encanto está en su gente, que sin importanle la posición te atiende, te orienta y te ayuda, ahí encontré personas entrenadas, capaces de transmitir su alegría con una sonrisa, como una envidiable calidad humana, la cual se complementa con la idílica infraestructura enclavada en lo profundo de la naturaleza.

Quedé encantada con el “Cooking Show” y con la gran variedad del restaurante de la playa. Pasé un buen tiempo en el “lounge” súper exclusivo y me gocé los servicios en la piscina y playa.

La impresionante belleza natural del lugar permite el disfrute del ambiente, para mi fueron días de paz, de conexión conmigo misma, que apartada de la agitada vida capitalina pude vivir unos armónicos días con la música divina de la creación, complemento ideal para estar en fraternidad. Este es un lugar maravilloso y una visita obligada a la Península de Samaná para quedarse, y de ahí conocer las maravillosas playas Rincón, Madame y Colorado, y si usted le gusta explorar podría descubrir otros tesoros escondidos con imponentes encantos. No olvide que vacacionar es importante, aplica también para descansar de personas... Nos leemos la próxima semana con el favor de Dios.