Oscar Abreu: ''El arte salvó mi vida''

Para exteriorizar la vida del artista Oscar Abreu escogí mi pluma y descubrí su intimidad con el arte, sus valores, proyectos y anhelos de siempre... Y a un hombre resiliente en todos sus caminos, hasta ahora recorridos.
“Con el tiempo he aprendido que la dificultad es lo que le da sabor a las cosas que logramos y conquistamos”, dice el pintor y escultor, residente en Nueva York, donde su arte ocupa espacios preponderantes.
Cabe destacar su reciente participación en el programa cultural “Muro de Arte” y la puesta en circulación de su libro “Oscar Abreu, memoria del Psico-expresionismo en su arte”, ambos eventos en la Gran Manzana.
Figuras dibujadas con sus dedos sobre tierra húmeda, fueron los primeros indicios de esta pasión, que luego se convirtió en un medio para sobrellevar su soledad. “Dibujaba a toda hora. En la escuela me llamaban la atención con frecuencia porque perdía la noción del tiempo y en ocasiones me sorprendían infraganti’’, dice Abreu.
Según él, es el resultado de un romance entre su madre Rosa Ogando Pérez y su padre Librado Abreu Lorenzo. Cuando habla de ellos siente que está dando una descripción parcial de él, “Resulta casi aterrador comprobar lo vulnerable que puede llegar a ser nuestra personalidad durante los años de infancia. Gran parte de lo que somos o en lo que nos convertimos se integra a nosotros en nuestra niñez y después es exteriorizado con nuestros actos de manera extraordinaria y automática; con experiencias que nos moldean, incluso antes de alcanzar la capacidad de reflexionar sobre ellas”, asegura el artista.
Así como fueron sus primeras lineas gráficas en un terreno frágil y a la vez fuerte por su naturaleza, así fue su infancia. “Con 8 años, aproximadamente, mi madre se fue a trabajar a España. Mis hermanas fueron enviadas a vivir en un internado religioso en la capital; yo terminé en casa de mi madrina, en San Juan de la Maguana. Este fue un verdadero golpe para mí’’, confiesa emocionado el artista, dejando en evidencia el comienzo de una odisea, ya hoy superada.
Sigue dándonos pinceladas, y cuenta que emigró a Europa en el verano de 1989. Se instalaron en Alcalá de Henares. ‘‘Allá, una experiencia cambió mi vida: visitar el Museo del Prado. Fue allí donde me entregué al asombro de las obras de los genios. Por primera vez comprendí que el pasatiempo que disfruté tanto de niño podía convertirse en algo más... y ser ampliamente admirado’’.
BOCETOS DE SU VIDA Sus inicios Una una vez inscrito en la escuela primaria Francisco de Quevedo, sus trabajo de arte fueron bien acogidos por sus maestros y amigos. Asimismo, tuvo la oportunidad de impresionar al artista y galerista al que llamaban “Maestro Muñoz”. Al igual que el escultor José Nicolás Jiménez, quien fue su primer profesor de pintura en República Dominicana, un nuevo instructor que se encargaría de continuar su formación artística.
Estados Unidos
A finales de 1994 lo mandaron de República Dominicana a Chicago a vivir con una media hermana, porque su madre no le aguantaba. ‘‘Es bueno recordar... Fue una época de dolor, sufrimiento y soledad. Mi lugar favorito era el sótano de la casa. Un día encontré un libro de Sigmund Freud que cambió mi vida. Ahí empecé a desarrollar el estilo de pintura que marcaría para siempre la estructura de mis obras. Aquel sótano y la condición en la que me encontraba en ese momento, fueron los catalizadores que me empujaron a la idea que finalmente bauticé como ‘Psico-Expresionismo’, inspirado en el libro de psicoanálisis de Freud, concepto que poco a poco he desarrollado en mi arte. “Mis creaciones artísticas son una extensión de mis emociones y vivencias. Son el testimonio de mi ser. La representación de las emociones que dictan y revelan mis impulsos más profundos; los que se originan de mi ansiedad y curiosidad por entender el fenómeno de la personalidad. Las ideas que propongo con mi arte no son más que mis interpretaciones sobre la dinámica de la naturaleza humana y el fenómeno de la memoria. Creo que la personalidad es la repuesta a la lucha por la sobrevivencia’’, concluye el artista.
Anhelos Familia: Está orgulloso de sus hijas: Gabriella, que tiene un instinto natural por el arte y por el dibujo; y Angelina, inquieta e independiente a quien le encantan las historias.
Proyectos:
Está coordinando el concierto de la artista Aisha Syed Castro en el Weill Recital Hall del Carnegie Hall. Y quiere llevar su proyecto ‘‘Psico Expresionismo’’ por el mundo. Antes de emigrar tenía su taller en una casona del ensanche Ozama en Santo Domingo Este. Luego la transformó en en un espacio de exposiciones con la intención de presentar una opción para obras de artistas emergentes. Hoy quiere convertir el Centro Abreu en un verdadero espacio de de arte en donde se puedan ofrecer talleres, seminarios y conferencias educativas. Con esta plataforma se compromete en menos de cinco años a poner el arte dominicano en el mapa mundial, asegura.