CRÓNICA LIGERA
El hospital Doctor Calventi

Hola, buenos días! Con la gracia divina de nuestro Señor Jesús nos encontramos esta semana.
Diferente a años anteriores el asueto de la Semana Santa me sirvió para mucho más que reflexionar, aprendí otras cosas y organicé mis prioridades como mujer y como profesional.
Había planeado unos días de mucho descanso, dejando atrás el madrugar que caracteriza mis días y estaba dispuesta a disfrutar mi “refugio”, pero la voluntad divina tenía otros planes para mí… Y en mi vida la parte profesional juega un rol muy importante… Es así que tuve que hacer un stop en mis ‘mini vacaciones’ y como por designios de Dios asistí al Hospital General Dr. Vinicio Calventi, hasta donde llegué por una situación poco común, la cual me llevó a recorrer sus instalaciones por completo, lo que cambió mi opinión sobre algunos de los centros de salud que regentea el Estado, así como de los servicios que brindan. Este importante hospital está enclavado en lo más profundo del sector de Los Alcarrizos, que aunque tiene varias vías de acceso, no deja de ser un lugar de difícil acceso.
Fuera del mundo de las noticias, no tenía la más mínima idea del funcionamiento del Hospital Doctor Vinicio Calventi, estoy acostumbrada al estilo y buen manejo del Instituto Dominicano de Cardiología. Sin embargo, debo reconocer que quien quiere puede y el avance allí es notorio, encontré voluntad, disposición y entrega, cualidades que identifican a su director, el doctor Marcelo Puello Vales, y al equipo que lo acompaña, y con el cual ha podido conjugar lo humano, técnico y lo profesional para ponerlo al servicio de una población desprotegida a la que le brindan conocimientos y prevención a través de la salud.
Soy una mujer de mucha fuerza para enfrentar las distintas situaciones que me ha tocado vivir, pero débil ante los padecimientos de salud, mi corazón se arruga ante los niños afectados de cualquier lesión, aún no soy fuerte para ver sangre correr y nunca he tenido fuerzas para enfrentar algunas situaciones de salud propia o de personas cercanas a mí… En un hospital debe privar la limpieza y el orden, pero sobre todo éste debe poseer equipos tecnológicos para las distintas especialidades que ofrece y eso lo encontré ahí... ¡Pero mi mayor sorpresa fue que durante mi visita también el ministro de Defensa, teniente general Máximo William Muñoz Delgado, sin el aparataje que caracteriza su alto rango, realizaba lo mismo que yo! Él visitaba a un desconocido al que, en momentos difíciles, brindó ayuda en la carretera de Constanza.
A veces con pequeños actos nos ganamos el cielo...
Agradezco al Señor la experiencia.
Será hasta la próxima semana si Dios lo permite.